Hoy os traigo una receta que tiene el éxito asegurado. No es muy difícil de hacer y a los comensales no les importará demasiado si os ha quedado perfecta. Yo la preparé para una cena con amigos y, cuando pronuncié la palabra "Oreo", no hizo falta decir más.
No sé qué tienen estas galletas, pero a todo el mundo le gustan. De hecho, cada año se venden unos 20.000 millones de unidades. Por algo será.
Si a ti también te gustan, esta es una forma original de comerlas. Es ideal para el verano porque la preparación no necesita horno, con unas horas de frigorífico está lista.
Los ingredientes para un molde de 24 centímetros (12 raciones) son:
48 galletas Oreo (dobles)
50 gramos de mantequilla sin sal
600 ml de nata líquida para montar
150 gramos de azúcar
250 gramos de queso crema
3 láminas de gelatina neutra
Un poquito de agua
Elaboración:
Mete la nata en el congelador para que esté bien fría.
Abre 32 galletas Oreo y retira la crema central. Échala a un bol y reserva. Tritura las galletas hasta dejarlas como polvo no muy fino. Si no tienes picadora, mete las galletas en una bolsa de plástico y tritura con ayuda de un rodillo o una botella. Divide las galletas molidas en dos partes, una un poco más grande que la otra. Guarda la parte más pequeña en un recipiente hermético.
Ablanda la mantequilla en el microondas. No debe quedar líquida, lo ideal es que esté muy, muy blanda. Con ayuda de las varillas, mézclala con la parte mayor de las galletas trituradas. Echa esta masa de Oreo y mantequilla en el fondo de un molde desmontable y, con el revés de una cuchara, aprieta para que quede una capa firme. Mete el molde en el frigorífico.
Pon la nata en un bol y móntala. Yo suelo usar un vaso de batidora porque al ser estrecho monta mejor que un recipiente más grande. Ves añadiendo cucharadas de azúcar hasta que la nata esté firme.
Cambia a un recipiente más grande, con cuidado de que la nata no se baje, añade el queso crema a cucharadas mientras sigues batiendo. Añade la crema que habías retirado de las galletas y bate hasta que se integre totalmente.
Pon las láminas de gelatina en un bol con agua fría. Calienta tres o cuatro cucharadas de agua en otro recipiente y añade la gelatina, una vez se haya ablandado. Cuando la gelatina se haya deshecho en el agua, añádela a la mezcla de queso y bate muy bien.
Rompe 16 galletas Oreo en trozos y añade. Mezcla con ayuda de una espátula.
Saca el molde del frigorífico y echa la mezcla. Con ayuda de la espátula, alisa la superficie. Cubre con papel film, dejándolo pegado para que no se reseque. Mete en el frigorífico y deja unas 8 horas.
Cuando vayas a servir la tarta, echa las galletas molidas que reservamos al principio y extiende bien para que quede una capa uniforme. Es mejor que no eches las galletas hasta este momento, porque si no, con la humedad del frigorífico, perderán su textura crujiente y se quedarán blandas.
Pasa un cuchillo por el borde del molde para que la tarta se separe y ya la puedes desmoldar. Para partir los trozos y que la tarta no se pegue al cuchillo, puedes meter la hoja, entre corte y corte, en un vaso con agua y hielos.
1 comentarios
Hola!
ResponderEliminarMe encanta tu receta de Tarta de oreo , he cogido muchas y muy buenas ideas! Muchas gracias y enhorabuena por la receta!
Un saludo
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