Es una receta laboriosa. Os lo digo antes de que me lo reprochéis, pero de verdad que merece la pena intentar hacerla, porque no es excesivamente difícil. Con paciencia se consigue. Este es un cupcake de limón, como su nombre indica, relleno con crema de limón (Lemon Curd, típicamente inglesa), con un glaseado de merengue con un toque de limón y decorado con un trocito de gelatina de... ¡limón!
El resultado es genial, por la combinación de sabores (el dulce del merengue choca con el ácido del Lemon Curd) y texturas (las migas del bizcocho, con la suavidad de la gelatina, por ejemplo). Además, su aspecto es fantástico, ideal para regalar o llevar a una cena y convertirnos en los invitados perfectos. Como ves, con un simple lacito toman un aspecto extraordinario.
No me puedo enrollar mucho porque la receta es muy larga (os explico cuatro recetas en una), así que, disfrutad con las fotos y poneos manos a la obra para sorprender y sorprendeos.