¡Navidad, Navidad, dulce Navidad...! Para terminar este 2012 de la manera más dulce, os traigo unas galletas para que podáis decorar vuestra mesa para estos días, o para que hagáis un regalo original. Se trata de un abeto navideño hecho de galletas, totalmente comestible.

Este lo he hecho con un set de cortapastas de la marca Tescoma (lo puedes encontrar en su tienda on line). Mide unos 30 centímetros de altura y lo forman 13 galletas (la más grande de 15 centímetros de diámetro) separadas por pequeñas galletas con forma de aro.

Esta otra versión, más pequeña, está montada sin pie y sujeta con un palito de brocheta en el centro, ideal si vas a hacer varios o los vas a regalar. 

La receta de la masa de galletas es la que publiqué hace tiempo, pero en esta ocasión os detallo cómo teñirla. Tengo pendiente publicar un post con una nueva versión de la masa de galletas, pero eso será ya en 2013. De momento, aquí os dejo esta idea. Espero que os guste.

La dorada es un pescado blanco muy común en la cocina española. Hay muchas formas de prepararlo, hoy propongo una receta de dorada a la naranja, una forma fácil, rica y sana de preparar el pescado blanco. Lo mejor de este plato es que se puede preparar con lubina, por ejemplo, o con otras especies similares. Me encanta porque en 5 minutos estará listo para entrar al horno y solucionar una comida o cena navideña, porque es vistoso y tiene un sabor espectacular.
Otra de sus ventajas es que se trata de un plato muy jugoso y también sano: no lleva más grasa que la cucharada de aceite que usamos para pochar la cebolla. Es una receta apta para personas a dieta y que sienta muy bien cuando se toma por la noche.
Además, al final del post os explico cómo cocinar esta dorada a la naranja en el microondas, un método que garantiza que el pescado blanco no se reseque y gracias al cual, apenas ensuciamos. Si rechazas cocinar con el microondas, permíteme una sugerencia: prueba la receta antes de opinar, ya verás cómo te sorprende el resultado.

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La receta que os traigo la tenía en la carpeta de 'pendientes' desde que, hace algunos años, la probé en unas Jornadas de la Tapa. Es asadillo manchego un plato típico de La Mancha que se prepara sobre todo en verano, cuando las huertas dan tomates bien rojos y pimientos muy carnosos.

El asadillo manchego se suele comer frío, a modo de ensalada, acompañado de huevo duro. Y es que la receta es muy sencilla: pimientos asados en tiras con tomate, aliñado con ajo, comino y aceite de oliva. Tan sencillo como delicioso. El tomate va, normalmente, frito, aunque yo lo aso junto a los pimientos, ahorrando esfuerzo y calorías. Será por la costumbre, pero me gusta más así.

Si te gustan este tipo de platos, no dejes de probar la ensalada de pimientos y melva, el tradicional pisto manchego (o esta versión más sofisticada en forma de milhojas de queso rellenas de mousse de pisto), el gazpacho a la antigua, con sus ingredientes a trozos... Y si te sobran pimientos, no dejes pasar la oportunidad de preparar mermelada de pimientos rojos o estos ricos panecillos de pimientos asados.

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Los buñuelos de viento son bolitas de masa fritas que se rellenan con una crema dulce, normalmente crema pastelera o nata montada. Son típicos de la repostería española y se consumen, tradicionalmente, el día de Todos los Santos y durante la Cuaresma y Semana Santa. Pertenecen a las llamadas frutas de sartén o dulces de sartén, como las rosquillas, los churros, los pestiños u hojuelas, las flores o las torrijas.

Al parecer, el origen de la receta de buñuelos de viento está en los 'bimuelos', unos bollos fritos que los judíos sefardíes elaboraban ya en el siglo X para celebrar la Janucá (o Hanuká). Los cristianos adaptan el dulce y la fecha de consumo por cercanía, ya que esa festividad judía tiene lugar entre noviembre y diciembre.

Los buñuelos de viento no son la única receta típica del día de Todos los Santos, en España también se consumen huesos de santo, puches y diversos tipos de panellets, que, cada vez más, compiten con dulces anglosajones, como el pastel de calabaza (pumpkin pie), el bizcocho de calabaza y otras recetas de Halloween.

¿Te animas a probar esta receta de buñuelos de viento?

Llamamos empanadas a las masas saladas rellenas y cocinadas al horno. Las más típicas son la atún y la de carne picada, pero si hay una que nos gusta en casa es la empanada de morcilla con manzana. Puede hacerse con masa de empanada o con masa quebrada, pero a mí me gusta prepararla con masa de hojaldre.

Si estás pensando que el sabor agridulce no te va mucho o que la mezcla de embutido y fruta no puede estar buena, sólo te digo una cosa: pruébala, combinan estupendamente. La morcilla que se usa para hacer esta receta de empanada tiene que ser de cebolla o caldera y no debe tener un aderezo muy fuerte. Las manzanas que mejor resultado dan son las amarillas dulces, las 'normales'. Con ellas haremos una compota sin más ingredientes que la propia fruta y un poco de agua. Este puré dará un toque especial al embutido y la empanada de morcilla y manzana logrará un sabor suave y delicioso.

¿Te animas a preparar esta receta de empanada de morcilla con manzana?

En verano, huimos de los bizcochos pero nos encantan las tartas heladas. Hasta ahora no me había atrevido con ninguna, gran error, porque esta tarta helada de chocolate, sólo apta para los golosos más golosos, es una pasada.

Como ves, la pinta del corte es increíble. Combina capas de bizcocho de chocolate especial para congelar, contundente pero jugoso; relleno de helado de dulce de leche muy cremoso; y una buena capa de cobertura. Además, esta tarta helada de chocolate tiene una ventaja: se puede dejar hecha con días de antelación e, incluso, tenerla preparada en el congelador para imprevistos.

Por supuesto, la puedes adaptar a tu gusto, con distintos sabores, cambiando el helado de chocolate blanco y dulce de leche por helado de turrón, helado de azafrán o usar la versión rápida de helado en 10 minutos.

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El salmorejo es una crema fría de tomate típica de Córdoba que solo tiene en común con el gazpacho su ingrediente principal. Es más denso porque lleva pan, no contiene otras hortalizas (como pepino, pimiento o cebolla) y carece de cominos en su aliño. Además, se sirve acompañado de tropezones como jamón serrano, huevo duro, migas de atún, melón, nueces picadas o picatostes, lo que permite darle un toque diferente, según el gusto del comensal.

Aunque parecidos por su textura y su origen andaluz, tampoco se debe confundir el salmorejo cordobés con la porra antequerana, que sí lleva pimiento entre sus ingredientes. Seguramente todas estas sopas frías tengan un origen común, pero a día de hoy se trata de platos diferentes.

El calor sigue apretando y yo os traigo otra receta de helado casero, esta vez helado de chocolate blanco y dulce de leche, una combinación riquísima, sólo apta para los más golosos. Es un helado cremoso que te enseño a preparar con y sin heladera, para que lo pueda hacer cualquiera.

Los helados caseros tienen la ventaja de que sabemos exactamente qué ingredientes llevan, algo especialmente importante para personas con alergias alimentarias, intolerancias o problemas como la diabetes. Nos ahorramos colorantes, estabilizantes y otros '-antes', controlando lo que comemos.

Este helado de chocolate blanco es ideal para servirlo con un bizcocho, como un brownie con dulce de leche, un bizcocho de chocolate tan fácil como el crazy cake, como relleno de una tarta helada o entre dos galletas tipo 'lotus'.

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Hacer helado casero y conseguir un buen resultado no es tan difícil como puede parecer. Aunque el helado tradicional se prepara con una base de crema inglesa (cuajado de leche, nata, yemas y azúcar), en este caso he hecho una receta de helado fácil con tres ingredientes, apta para tanto para quien tiene heladera como para quien lo hace a mano. Y he elegido uno de mis sabores favoritos: helado de galletas Oreo.

Las ventajas de hacer helado en casa son varias. En primer lugar, sabemos exactamente qué lleva y podemos ajustar su sabor y textura a nuestro gusto, además de sustituir algún ingrediente si hay alergias o intolerancias en casa. También podemos hacer mayor o menor cantidad, en función de nuestras necesidades. Este se hace tan rápido que no necesitamos hacer mucho y tenerlo almacenado durante semanas en el congelador.

Si te gustan estas galletas, tienes que probar los pasteles helados de Oreo, los polos mousse de Oreo, el bizcocho de galletas Oreo, los cupcakes de Oreo... ¿Se nota que me encantan? Y por supuesto, puedes versionar este helado de galleta usando tus favoritas. Si quieres que las galletas también sean caseras y sencillas, prueba las galletas fáciles o su versión de chocolate. Tanto estas galletas como el helado de Oreo son ideales para cocinar con niños.

Esta receta de helado de galletas Oreo es tan sencilla que se hace en menos de cinco minutos. Eso sí, después hay que tener paciencia y esperar a que se congele para comerlo. ¿Lo pruebas?

La receta de hoy es tan fácil que no hace falta haber cocinado nunca para ser capaz de hacerla. Y es tan rápida que se puede preparar cuando tienes una visita imprevista, en apenas media hora tendrás una estupenda caja de galletas que, además, estarán riquísimas.

Están tan ricas que hasta mi padre ha cambiado la tostada con aceite por las galletas de Nutella (si me lo dicen, no me lo creo...), así que, ya sabes, ponte el delantal y alegra el desayuno de la familia. Por cierto, la receta está sacada de El Rincón de Bea, que, a su vez la cogió de la comunidad Tasty Kitchen de Pioneer Woman.

Y ahora, el momento más esperado del post. Sé que estáis deseando saber quién ha ganado el sorteo que organicé con motivo del primer aniversario del blog y... redoble de tambores... el premio es para:

El número 275, que corresponde a Eva Martínez. Enhorabuena, luego te mando un correo para que me des tu dirección postal para hacer el envío. Un millón de gracias a todos por participar y ahora, os dejo con el paso a paso de la receta. Mmm...

Desde que empecé a navegar por el mundillo de los blogs de cocina hace un par de años, había una receta de tarta con la que siempre me topaba. No me llamaba demasiado la atención, la verdad, pero como aparecía en prácticamente todas las bitácoras gastronómicas, empecé a pensar que la tarta en cuestión tenía que estar realmente buena.

Supongo que a muchos de vosotros os pasará lo mismo: ¿tarta de zanahoria? ¿zanahoria? ¿en una tarta? Pues sí. Y no está buena, está buenísima. Se trata de un dulce diferente, nada empalagoso, rico y bastante jugoso. Además, la zanahoria desaparece como por arte de magia en el horno: solo la veréis en las miniaturas que la mayoría de las veces se utilizan para decorar. Además, el bizcocho contrasta muy bien con la crema de queso que le acompaña. Para quienes odian el queso: ¡¡tranquilos, tampoco se aprecia!!

En la red hay muchííííísimas recetas de carrot cake (un nombre mucho más sofisticado que tarta de zanahoria), esta es una adaptación hecho a partir de varias de esas recetas. La mayoría, además de zanahoria, llevan piña, pera, manzana... pero pensé que las nueces (que me encantan) y las pasas, a este tipo de bizcochos, le irían bien. Y después de probarla, os aseguro que le quedan muuuuuy bien ;)

Bueno, pues mientras te decides a prepararla, aquí te dejo un trocito, con cuchara y todo, para que la pruebes. Y te recuerdo que hasta el 31 de julio puedes participar en el sorteo que he organizado para celebrar el primer cumpleaños del blog. Las bases están aquí. ¡¡Suerte!!