Dos texturas, dos sabores. Es
una delicia romper el caramelo con la cuchara y mezclarlo con una crema suave aromatizada con canela y cítricos. Si alguien tenía dudas después de ver la foto, seguro que ya habrá adivinado que hablo de la crema catalana (o crema quemada), un postre tradicional típico del Día del Padre.
Hay quienes la asemejan a la crème brûlée (una
variante francesa que se cuece en el horno al baño María, que se prepara con nata en vez de leche, que se aromatiza con vainilla y que utiliza azúcar moreno para la costra), pero lo cierto, a parte de la diferencia de sabor, es que la textura de la francesa es más similar al flan y la de la catalana se parece más a las natillas.
Rica, barata, rápida y sencilla... ves cogiendo una cuchara, porque esta receta lo tiene ¡¡tooooodo!!