No me gustan las rosquillas fritas. Así, en general. Normalmente son masas densas y secas que no consigo tragar o esponjas aceitosas que caen como el plomo en mi estómago. Pero… las que hace mi madre son la excepción: se pueden comer sin necesidad de beberte una gota de agua para que ‘pasen’ y no resultan nada pesadas.
El origen de esta receta de rosquillas está en un libro que posiblemente tenga más años que yo, y no lo digo por decir: da consejos para saber cuánto calientan los hornos “que no tienen termostato”. Estaba en el cajón que tiene mi madre debajo del horno y en el que guarda auténticas joyas de la literatura culinaria, como 'Recetas con Tulipán', 'Dulce cocina Sucrán' o el 'Pequeño recetario de la levadura Royal' en el que estaban estas rosquillas caseras. Bromas aparte, estos libros de los años ‘80 y ‘90 que regalaban al enviar por correo los códigos de barras de los productos, tienen un montón de recetas estupendas, algunas tan de moda ahora como las galletas de mantequilla decoradas con glasa. ¡Ver para creer! Y yo pensando que era algo supermoderno… ¡Está todo inventado!
A mí, estas rosquillas fritas me recuerdan al pan: son crujientes por fuera y tiernas por dentro; y, como el pan, no aguantan tiernas más allá de un par de días. Eso sí, si queda alguna, no la tires, mójala en una taza de leche y dale un bocado, estará estupenda.
Por cierto, cualquiera puede hacer estas rosquillas fáciles, aquí veis a tres generaciones de mi familia con las manos en la masa: mi madre, mi hermana y mi hija mayor, que mejor no os cuento hasta dónde acabó de harina… ¡Todo sea por entretenerla una tarde lluviosa de otoño!
¿Te animas a probar esta receta de rosquillas?
Receta de rosquillas
Ingredientes (para unas 40
rosquillas):
-Para la masa:
50
gramos de mantequilla
150
gramos de azúcar
1
huevo
200
ml de leche
350 gramos de harina
10
gramos de levadura
-Para la fritura:
350
ml de aceite de girasol
-Para decorar:
100 gramos de azúcar
Cómo preparar paso a paso rosquillas
Mezcla en un bol la mantequilla a temperatura ambiente, con el azúcar, el huevo y la leche. Incorpora la harina y la levadura y une con una cuchara de madera. A continuación, amasa con las manos hasta integrar todos los ingredientes.
Espolvorea la encimera (bien limpia) con un poquito más de harina, vuelca el contenido del bol y sigue amasando hasta que obtengas una bola que no se pegue a las manos (si por más que amasas se sigue
pegando, echa un poco más de harina en la encimera, pero piensa que, cuanta más harina eches, más secas quedarán las rosquillas).
Para formar las rosquillas puedes utilizar varias técnicas: estirar la masa con el rodillo, dejando un grosor de, aproximadamente, un dedo, y cortar con dos cortapastas redondos (uno grande para el círculo exterior y otro pequeño para el círculo central); coger bolas de masa, hacer un agujero en el centro e ir estirando; o, lo que hicimos nosotras, coger una bola de masa, hacer un rulo y unir los extremos. La última opción es la más fácil y rápida; mientras que la primera hace que las rosquillas salgan casi idénticas. Puedes hacerlas como prefieras.
Pon el aceite a fuego medio-alto en una sartén un poco honda y espera a que esté bien caliente. Para comprobar si está en su punto, echa una bolita pequeña de masa y comprueba que el aceite burbujea de forma inmediata. Ya puedes ir echando las rosquillas por tandas y dejando que se frían.
Da la vuelta a las rosquillas con ayuda de una espumadera y un tenedor (yo me ‘apaño’ bien así) y, cuando tengan un color marrón claro, sácalas a un plato o bandeja con papel absorbente.
Por último, prepara un cuenco con azúcar y, cuando las rosquillas estén templadas, rebózalas por ambos lados y deja que se enfríen del todo antes de comerlas.
Trucos y consejos para cocinar unas rosquillas perfectas
→ Utilizo aceite de girasol para freírlas porque resultan mucho menos pesadas que con aceite de oliva, pero esto va en gustos.
→ Para que las rosquillas se hagan bien, deben flotar en el aceite, sino, se quemarán por la parte inferior.
→ No eches demasiadas rosquillas a la vez en la sartén, es mejor poner pocas para que puedas controlarlas y que no se te quemen.
→ Ten en cuenta que las rosquillas, en contacto con el aceite caliente, crecerán (como puedes ver en la siguiente foto), al formarlas no las hagas muy gruesas.
13 comentarios
qué ricas, me llevo unas cuantas. Como dices parece que ya todo está inventado pero se les conoce ahora con distinto nombre,bs
ResponderEliminarMuchisimas gracias por la receta! Jeje. Esta misma semana me pongo manos a la obra. Mateo te lo agradecera. Ya te contare como están.
ResponderEliminarBesos y gracias otra vez.
Rebeca, tienes razón, esos libros antiguos son una maravilla, precisamente, hoy he publicado en mi blog un post sobre todos estos libros.
ResponderEliminarY ............las rosquillas, buenísimas.
besos,
Seguro que están buenísimos!! :)
ResponderEliminarSe parecen a unas que hacia mi madre cuando eramos pequeñas!
ResponderEliminarhttp://juegodesabores.blogspot.com.es/
Que buena pinta! la verdad que esos libros antiguos de recetas son los mejores, yo tengo algunos que encontré por casa y son los que más ideas y más me gustan. Estas rosquillas te han quedado increíbles y seguro que estaba deliciosas :)
ResponderEliminarYa las he hecho y comido. Están espectacular. Gracias por la receta.
ResponderEliminarMe alegro un montón!! Besos
EliminarLa verdad es que hay auténticas joyas que no valoramos porque siempre han estado ahí. Ya subiré más recetas de ese libro, que son todas fantásticas.
ResponderEliminarAcabo de hablar con Gloria y me ha dado esta dirección para que también pueda hacer las rosquillas.
ResponderEliminarDesde luego, yo que soy pésima cocinera, me ha encantado la explicación de cómo hacerlas. Muchas gracias. Y ya os diré el resultado.
Bienvenida!! Espero q te salgan muy ricas y q te aficiones a cocinar.
Eliminarel aceite es para freir,
ResponderEliminar¿la masa lleva solo mantequilla?
¡Así es!
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