El roscón de Reyes se ha convertido en una de las recetas de Navidad más replicada y me enviáis muchas consultas sobre ella cada año. En esta publicación he intentado recopilar las respuestas a las dudas más habituales, así como todos los trucos y consejos que pueden ayudaros a realizar la receta de roscón de Reyes con el mejor resultado.
Para triunfar con el roscón, necesitas: ingredientes de calidad y muuucha paciencia. Aquí te dejo las recetas para que elijas la que mejor se adapte a tus necesidades:
Y para el relleno y la decoración:
- Mandarinas confitadas
- Nata montada
- Crema pastelera
- Ganache de chocolate
Receta de roscón de Reyes
1. Los ingredientes
Harina
La de fuerza es una harina de trigo rica en
proteínas. Lo ideal es que tenga unos 13-14 gramos de proteínas en cada 100 gramos de producto. Lo puedes comprobar en la información nutricional del paquete. La
venden en cualquier supermercado y tiendas especializadas. Su apariencia es exactamente igual a la de la harina de trigo convencional.
Tiene que ser de levadura de panadero, aunque puede ser fresca (izquierda) o seca (derecha). No es difícil encontrarla: está en la zona de refrigerado de los supermercados, cerca de la mantequilla. No valen los típicos polvos para hornear bizcochos ('levadura' Royal), ni los gasificantes.
La cantidad a usar de una y otra es diferente: se usa un gramo de levadura seca por cada tres de levadura fresca. Por ejemplo, cuando la receta dice 15 gramos de levadura fresca, necesitarás sólo
5 de levadura seca.
Es el aroma clásico de los roscones
de Reyes. Para mí, es imprescindible, sin este ingrediente, el roscón no sabrá a roscón. Se vende en farmacias en una botella azul de la marca Luca de Tena. Aunque en los supermercados puedes encontrar aroma o esencia en la sección de
repostería, debes tener muy claro que no obtendrás el mismo resultado que si compras el auténtico agua de azahar.
A la izquierda, agua de azahar Luca de Tena. A la derecha, aroma de agua de azahar.
Ron
No es imprescindible y lleva una cantidad muy pequeña. Si lo van a tomar niños o personas que no quieran/puedan consumir alcohol y prefieres prescindir de ello, sustitúyelo por la misma cantidad de leche. En cualquier caso, la proporción que tomaría quien coma el roscón es mínima y, una vez hecha la masa, pasa por el horno, donde se reduce aún más la cantidad de alcohol.
No necesitas cortar las
almendras con un cuchillo: las venden ya laminadas en cualquier supermercado. También las hay en bastoncitos y en granillo (cubitos pequeños). Puedes elegir la que prefieras.
Sorpresa
Aunque no es un ingrediente propiamente
dicho, forma parte del roscón. Se puede esconder en la masa o en el relleno. Ojo, si va en la masa, tiene que ser algo que se pueda hornear, y tendrá que ir bien envuelto en film transparente. La opción más segura y cómoda, si vas a rellenar el roscón, es que la escondas en el relleno, así no tendrá que pasar por el horno.
2. La masa
Es pegajosa y, al añadir la leche aromatizada es muy
pegajosa. Si haces la receta a mano, trabájala unos minutos con una espátula, para que la harina la absorba. Para que sea un
poco más manejable, deja reposar la masa 10 minutos y retoma el amasado. A
continuación, ve incorporando la mantequilla.
Si no te haces con la masa, ni con reposo, puedes añadir una cucharada más
de harina para que sea un poco más fácil de trabajar, pero merece la
pena esforzarse porque la miga quedará más tierna y ligera.
Para que te hagas una idea, un roscón elaborado con 500 gramos de harina de
fuerza (100 en el fermento previo y 400 en la masa), es como un óvalo del tamaño de una bandeja de horno. En mi opinión, es más fácil y cómodo hacer dos roscones redondos con la mitad de la masa cada uno.
Si quieres hacer un roscón pequeñito (de 3-4 raciones) necesitarás unos 250 gramos de masa, una cuarta parte de la receta de roscón. Puedes dividir entre 4 todos los ingredientes y usar 1 huevo tamaño S y reducir 10 gramos la cantidad de infusión de leche; o la mitad de un huevo talla L.
3. La fermentación y los levados
La mayor dificultad de los roscones es la
dedicación que conllevan. Apenas se pueden acelerar los tiempos de espera, sin
riesgo de estropear la masa.
El primer paso es elaborar un fermento
previo o masa madre. ¿Es necesario? Sí, aporta unos aromas que
enriquecerán considerablemente el sabor, además de mejorar la masa y hacer que el roscón aguante más tiempo tierno. Ni es difícil de hacer, ni supone mucho
trabajo, sólo conlleva organizar bien los tiempos de la receta.
El roscón conlleva dos levados a temperatura ambiente. ¿Y eso a cuántos
grados es? A unos 25ºC. Por debajo de 22ºC será difícil que la masa se desarrolle
y por encima de 30º puede estropearse.
Los tiempos de levado que detallo en la receta son aproximados, puede que tu masa necesite un rato más para duplicar su tamaño, no te preocupes. Lo más importante es vigilarla y tener paciencia.
Si tu casa es muy fría, puedes precalentar el horno a una temperatura baja (40-50 grados), apagarlo, esperar un poco para que el interior del horno esté templado y meter la masa para que leve. En casas templadas (la mayoría), se puede dejar dentro del horno sin encender. Así, además, estorba menos y no habrá que moverlo para seguir usando la encimera o la mesa.
No conviene colocar el recipiente con la masa sobre un radiador, ni pegado a una estufa, porque no subirá como debe y puede desinflarse al manipularla o agrietarse en el horneado.
Si la masa se deja fermentar demasiado, su estructura se debilitará y podría 'pincharse' al pintarlo con huevo o al hornear. Lo ideal es que la masa, ya con forma de roscón, duplique su tamaño, pero no crezca mucho más.
4. Los tiempos
Puedes preparar la receta de roscón de Reyes en dos días. Para ello, piensa cuánto tiempo quieres dedicar cada día, pues puedes interrumpir el proceso en tres
puntos, según el horario que más te interese:
Opción 1
Haz la masa madre, déjala toda la noche en el frigorífico cubierta con film transparente y, al día siguiente, retoma la receta después de dejar la masa madre una hora a temperatura ambiente.
Opción 2
Prepara la receta hasta que tengas la masa hecha, deja que leve durante una hora a temperatura ambiente y guárdala en la nevera. Así se frena el proceso de levado. Al día siguiente, retoma la receta después de dejar la masa una hora a temperatura ambiente.
Opción 3
Haz todo, excepto la decoración y el horneado. Forma el roscón, deja que leve una hora a temperatura ambiente y guarda en la nevera. Al día siguiente, saca la bandeja con el roscón y deja una hora a temperatura
ambiente. Pincela con huevo batido y decora.
Cualquiera de las opciones funciona bien. Yo suelo hacer dos roscones medianos: uno lo horneo el día 5 por la tarde, para tomarlo en ese momento; y el otro termina de levar en la nevera y el día de Reyes por la mañana lo saco de la nevera nada más levantarme y pongo a precalentar el horno. Mientras los niños abren los regalos, se atempera y se hornea, y tenemos un roscón reciente en la mesa para desayunar.
5. El resultado
Si la miga del roscón está dura, pueden haber ocurrido tres cosas:
- La harina utilizada no es de fuerza (es decir, no tiene suficiente proporción de proteínas).
- La masa no ha levado lo suficiente (debe duplicar su volumen en el segundo y tercer levado).
- Te has pasado con el tiempo de horneado.
Si el roscón se hunde al enfriarse, puede deberse a
dos motivos:
- Exceso de elementos líquidos (demasiada leche o huevos muy grandes). Puedes usar huevos M o poner una cucharada más de harina (solo una, si no la miga quedará dura).
- Demasiado levado. Si la masa se deja levar más de la cuenta, los gases debilitarán la masa del roscón y se podría agrietar al hornear.
Recuerda que el roscón es un tipo de pan (dulce,
pero pan) y que, 24 horas después de ser horneado, habrá endurecido. Si el roscón está relleno, tardará un poco más porque la nata o crema que uses lo humedece un poco.
¿Se puede congelar? No he probado a hacerlo, pero por la experiencia con el pan, creo que, si congelas el roscón recién horneado (eso sí, cuando esté frío), estará casi perfecto si lo sacas y lo dejas descongelar un par de horas a temperatura ambiente.
6. La decoración
Antes de hornear el roscón, hay que decorarlo. Puedes poner la clásica escarchada, aunque a mí me gusta más poner mandarina confitada, almendra laminada, en cubitos o incluso crocanti, pegotitos de azúcar, guindas… Cuidado con las almendras porque si se tuestan demasiado en el horno, amargan, así que, si ves que el roscón se está dorando mucho, puedes cubrirlo con un trozo de papel de aluminio.
7. El relleno
Cuando el roscón esté frío, puedes partirlo al medio longitudinalmente con un cuchillo de sierra y poner tu relleno favorito: nata montada, crema pastelera, ganaché de chocolate, dulce de leche, mousse de turrón, cabello de ángel, mermelada, crema de chocolate y avellanas… Las posibilidades son infinitas, es cuestión de gustos.
También puedes dejarlo sin rellenar, una opción genial si lo que te gusta es mojarlo en chocolate a la taza.
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Por cierto, mi roscón de Reyes ha sido elegido por la web de productores ecológicos Mumumío para su menú semanal. Me hace mucha ilusión que hayan seleccionado la mía, con la de recetas de roscones que hay por la red... ¡¡Espero que esto os anime aún más a probarlo!!
4 comentarios
Que deliciosa, yo también la he puesto, por cierto para vajar las fotos lo han cambiado y menudo lío madre no parannnn.Jajaja Besitos
ResponderEliminarSí, muy rico.
EliminarAh, yo no he notado ningún cambio, no sé...
una entrada genial! asi es imposible hacer el roscon mal! un besote
ResponderEliminarGracias Tere!!
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