Mermelada de cerezas

5.8.14

Nunca he sido muy fan de las mermeladas, debo confesarlo. Siempre desayunaba las tostadas con un chorrito de miel. Pero desde que descubrí la mermelada casera, puedo decir que lo que no me gustan son las mermeladas industriales: no puedo con su sabor empalagoso ni con su textura gelatinosa. Además, es que las caseras están buenas todas, tanto las de frutas (hace poco publiqué esta de fresas), como las de hortalizas: de tomate, de pimiento rojo...

Además, esta mermelada de cerezas es el preludio de una receta imprescindible: la tarta selva negra, un impresionante pastel de chocolate y nata, típico de Alemania, que está a punto de cumplir un siglo (el pastelero Josef Keller la elaboró por primera vez en 1915).

Lo bueno de hacer mermelada en casa es que podemos elegir fruta de temporada en su punto óptimo y, si queremos, disfrutar de ella todo el año. Yo no suelo hacer demasiada cantidad a la vez, porque se resiente la calidad de la conserva.

Y si haces varios tarros de mermelada, no te olvides de marcarlos con la fecha y el sabor para consumir los más antiguos primero. Si quieres puedes usar estas etiquetas que diseñé hace un tiempo (01 y 02). Ah, cuando prepares esta receta, me puedes enviar una foto por correo electrónico (tienes la dirección al comienzo de la columna derecha) o publicarla en mi página de Facebook.

Ingredientes (para un tarro):

500 gramos de cerezas

225 gramos de azúcar

30 ml de zumo de limón

Piel de dos manzanas verdes

Elaboración:

Pela las manzanas. Solo necesitamos la piel. Exprime el limón y reserva. Deshuesa las cerezas. En este vídeo puedes ver cómo hacerlo de manera rápida solo con la ayuda de una pajita de beber refrescos. Lo único importante es que la pajita no sea demasiado estrecha, el hueso tiene -casi- que caber en ella.

Trocea las cerezas en cuatro y ponlas en un cazo junto al zumo de limón, el azúcar y las pieles de manzana. Mueve bien y pon a fuego medio-alto. Cocina durante unos 15-20 minutos. Retira la piel de manzana y tritura un poco con la batidora, con unos segundos será suficiente.

Si vas a consumir la mermelada inmediatamente, echa en un bote de cristal con tapa bien limpio (pon una cucharilla dentro para que no estalle al echar la mermelada caliente), espera a que se enfríe destapado, cierra y guarda en la nevera. Si quieres que aguante más tiempo, puedes embotarla (en 'Trucos y consejos' te explico cómo). Y ya está lista para usar en tostadas, galletas, con una carne roja a la plancha o como relleno de la popular tarta Selva negra.

Trucos y consejos:

☼ Puedes variar esta mermelada añadiendo alguna especia, como un palito de canela o una vaina de vainilla al cocer. Aportan un toque especial.

☼ Si vas a hacer bastante cantidad como para guardar, conviene esterilizar los frascos y las tapas (cocer en agua y secar bien o lavar en el lavavajillas), llenarlos con la mermelada aún caliente casi hasta el borde (mete una cucharita en el tarro vacío, para que con el calor no estalle), tapar y colocar boca abajo hasta que se enfríe, para que se haga vacío. Después hay dos opciones: guardarlos en la nevera (duran meses) o cocer diez minutos los botes cubiertos en una olla con agua una vez tapados, para poder conservarlos a temperatura ambiente (aguantan un año o más).

☼ Es importante que etiquetes el bote con la fecha, sobre todo si haces varias tandas (para que uses la más antigua primero) y el sabor, por si haces más mermeladas (puedes confundirla con otra de tonos rojizos). Arriba (al final de la introducción) tienes los enlaces a etiquetas ya diseñadas y listas para imprimir.

Gracias por leerme,