Los aperitivos fríos que se preparan en 5 minutos y que se pueden hacer con antelación son perfectos cuando tenemos invitados en casa o surge una visita inesperada. Si, además, los presentas de manera original, como estos rollitos de lacón con forma de piruleta salada, serán un éxito seguro.


Estos canapés o bocaditos salados son muy versátiles porque se pueden improvisar con lo que haya en la nevera. Para esta receta de rollitos de lacón he usado tortillas de trigo para enrollar, pero pueden utilizarse crêpes o rebanadas de pan de molde aplastadas con un rodillo (o una botella de cristal).


Las tortillas de trigo son muy versátiles, con ellas puedes cocinar quesadillas, wraps y también puedes usarlas para preparar rollitos dulces para el postre o la merienda: me encantan de plátano con dulce de leche y almendras y de melocotón, queso y menta.


¿Te animas a probar esta receta de rollitos de lacón con semillas de amapola?

Aprovechando que ya hace fresco y no da pereza encender el horno, vamos a hacer una receta de pan. Unas ricas barritas de pan para rellenar de calamares rebozados. Un clásico que se puede disfrutar en la plaza Mayor de Madrid y que solemos comer cada Navidad, en la obligada visita a la capital.


Como cada último domingo de mes, la receta es 'robada' para El Asalta blogs. En esta ocasión, el blog asaltado es Cocinar con amigos y aunque tenía un montón de platos muy apetecibles, al final me decidí por el bocadillo de calamares. Aquí puedes ver su receta, muy rica, a la que yo he añadido, no solo cómo preparar los calamares crujientes, sino también cómo hacer barritas de pan negro y una deliciosa mayonesa de ajo.


Desde que tengo el libro 'Pan casero', de Ibán Yarza, he perdido el miedo a hacer pan, sobre todo, porque su máxima es "amasar, sin amasar". Si, has leído bien: el reposo amasa. Antes me imponía, pero poco a poco me voy soltando. Si te apetece, puedes ver otras recetas de pan.


Si preparas esta receta de bocadillo de calamares, sube una foto a cualquier red social y etiquétame (Facebook | Twitter | Instagram | Pinterest | Google+). ¡Espero que te guste!

Los que me conocen saben que como (casi) de todo y que no me preocupan las modas culinarias, ni evito alimentos de origen animal. Pero como me encanta probar cosas nuevas, hace unos días cayeron en mis manos un paquete de harina integral de espelta de Harimsa y una caja de leche de almendra de Gerblé, y pensé ¿qué hago yo con esto? ¡Galletas! Y menudo éxito. Ambos productos venían en la Disfrutabox, una caja con productos que me llega a casa cada mes (este era su contenido y, si la quieres, puedes conseguirla con descuento gracias al código REBECACOCINA).


La receta que os traigo está inspirada en estas galletas veganas, aunque modificando algunas cantidades e ingredientes. No esperéis unas galletas muy dulces, aunque sí ricas, de aspecto rústico y con varias texturas y sabores, gracias a los frutos secos, los copos de avena, las pasas y la harina de espelta.


Son ideales para los alérgicos o intolerantes al huevo y a la lactosa; y como tampoco llevan azúcar, son más aceptables que las galletas comunes para los diabéticos (no contienen azúcar, pero sí otros hidratos de carbono, así que cuidadín). Eso sí, la espelta tiene gluten, así que no son aptas para celíacos. Son unas galletas saludables, gracias a las propiedades de la espelta, un cereal rico en proteínas, minerales y vitaminas, con un alto contenido en fibra y menor aporte calórico que la harina de trigo común. Además, la espelta tiene un sabor especial, algo dulzón.


Si preparas estas galletas veganas de harina de espelta, mándame una foto por email (tienes la dirección al comienzo de la columna derecha), súbela a la página del blog en Facebook o etiquétame en Twitter o Instagram como @rbkdtorres. Buen provecho ;)

Bocaditos, profiteroles, petit-choux (o, más popular, petisús), ¿cómo llamas tú a estas pequeñas delicias que se preparan con pasta choux? En cualquier caso, independientemente del nombre, seguro que ahora mismo le darías un mordisco ;)


La pasta choux es una masa de origen francés muy ligera, ya que, al hornearla, crece bastante y su interior queda hueco, dejando sitio para rellenar. Además de estos bocaditos redondos, con esta masa se hacen éclairs, lionesas, palos, relámpagos, chouquettes, coronas (la tarta París Brest es una pasada), pero también preparaciones saladas como los gougères.


Los bocaditos pueden ir rellenos de nata montada o crema pastelera en su versión tradicional, pero también de ganache de chocolate, de crema de queso, o, como hoy, de dulce de leche, pero del de verdad. En concreto, he usado el de la marca Mardel, hecho al estilo tradicional argentino, que venía en mi caja Degustabox (si te quieres suscribir con descuento, usa el código T02ZV). Pincha para ver el contenido de la última caja.


¿Te animas a preparar esta receta?

El 9 de octubre es el Día Mundial del Huevo (#Diadelhuevo), sí, estos pequeños tesoros culinarios tienen su propia onomástica en el calendario y yo he querido celebrarlo con una receta que tiene, precisamente, al huevo como protagonista. Además, está muy bien acompañado: pan, ajo y queso. ¡Tienes que probarlo!


Mi propuesta es un panecillo relleno, que se hornea unos minutos y se sirve con el exterior crujiente y el corazón suave y sabroso. En casa nos encantó, aunque en un primer momento, no sabíamos cómo comerlo. Mi recomendación: servir en una cazuelita, para que no chorree e ir cogiendo pellizcos de pan para mojar en el huevo.


Esta receta contiene otra que puede usarse de manera independiente: una rica crema de ajo asado y queso, que puedes untar en pan o comer acompañando a un filete, a un pescado al horno o a unas patatas asadas. Sorprenderás a quien lo pruebe.


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