Sí, estaba tan rico como parece. Es el mejor turrón de yema tostada que he comido nunca (modestia aparte). El mérito no es mío (bueno, un poquito sí, que fui quien lo hizo), sino de la escuela Hofmann, de la que tomé prestada esta deliciosa receta de Navidad. Con ella participo en el reto de este mes de La cocina Typical Spanish (#CampanaSobreCampanaTS‬).


Al parecer, el turrón de yema nació a finales del siglo XVII, para aprovechar las yemas de huevo que sobraban al preparar los turrones duro y blando. Su sabor se inspira en el de la crema catalana y se ha convertido en un imprescindible en las bandejas navideñas de los españoles. La pena es que estamos acostumbrados a comerlo más bien seco y duro, en vez de cremoso, tierno y jugoso, como debe de ser.


Aunque seguro que lo habéis probado, se compone de una capa de turrón de almendra muy tierna y, sobre ella, una fina capa de crema de yema, cubierta por una costra crujiente de caramelo. Una auténtica delicia, sobre todo si lo sirves con el azúcar recién tostado.


Si preparas esta receta de turrón, mándame una foto por email (tienes la dirección al comienzo de la columna derecha), súbela a la página del blog en Facebook o etiquétame en Twitter o Instagram como @rbkdtorres. Buen provecho ;)

Ingredientes:
-Para la base de turrón:
5 yemas de huevo
Ralladura de un limón
½ cucharadita de canela molida
250 gramos de azúcar
80 gramos de agua
500 gramos de almendra en polvo
-Para la yema:
100 gramos de leche
150 gramos de azúcar
2 huevos
20 gramos de maicena
-Para tostar:
4-6 cucharadas de azúcar glacé

Elaboración:
Para preparar el turrón, en primer lugar separa las yemas de las claras. Con las claras puedes hacer, por ejemplo, macarons. Pon las yemas en el cuenco de la amasadora (o en uno amplio donde puedas batir) y añade la canela y la ralladura de limón. Bate despacio, lo justo para mezclar. Mientras, pon en un cazo el agua y el azúcar y cocina a temperatura media-alta. Debe llegar a 114 grados, lo que se conoce como almíbar a punto de hebra fuerte. Si no tienes termómetro de cocina, ese punto se alcanza cuando la mezcla lleva unos 5 minutos cociendo. Si te mojas los dedos en almíbar (cuidado con no quemarte) y los separas, se forma un hilo grueso y consistente. Cuando alcance la temperatura, empieza a batir un poquito más deprisa la mezcla de yemas, añadiendo despacio el almíbar. Sigue batiendo hasta que no esté caliente (baja de vez en cuando los restos de las paredes del bol), tendrás una mezcla cremosa y blanquecina.


Añade la almendra en polvo y cambia las varillas de la amasadora por la pala. Bate despacio, solo durante un minuto, lo justo para que se integre. Hay que tener mucho cuidado porque los frutos secos pueden soltar grasa y estropear la mezcla. Vierte la mezcla sobre dos 'moldes' rectangulares. Yo uso una caja de leche (bien limpia y seca) abierta en dos longitudinalmente. Ajusta bien para alcanzar todos los huecos y alisa la parte superior. Debe tener unos 2 o 2,5 cm de alto como máximo. Cubre con film y deja reposar durante 12 horas.


Para preparar la capa de yema, diluye en un bol la maicena con unos 30 gramos de leche. Mientras, calienta en un cazo el resto de la leche con el azúcar. Bate los huevos y, cuando la leche rompa a hervir, vierte la mitad sobre ellos, despacio y sin dejar de batir  (para que no cuajen). Cuando esté bien mezclado, vuelca todo en el cazo con el resto de la leche y mueve sin parar hasta que espese. Ten cuidado para que no se hagan grumos.


Vierte la yema sobre una bandeja cubierta con film transparente. Reparte uniformemente y cubre con film. Guarda en la nevera hasta que esté bien frío. Desmolda las barras de turrón.


Espolvorea las barras con azúcar glacé y quema con un soplete hasta que se haga caramelo. Da la vuelta y, por la otra cara, extiende una capa de yema. Espolvorea con azúcar glacé la yema y tuesta de nuevo con el soplete.


Trucos y consejos:

→ Al ser un turrón casero y natural, se seca enseguida (a los 3-4 días, estará un poco duro). Para evitarlo, una vez hechas las barras, puedes congelarlas y echar la yema y tostar el mismo día que vayas a empezar a consumirla. La yema aguanta unos días en la nevera, así que puedes hacer una barra y, cuando se acabe, sacar la segunda del congelador y terminarla.

→ La capa base de este turrón es la conocida pasta bomba, una emulsión de huevo (o yema, como en este caso) con azúcar cocido. Esta fórmula permite tener el huevo fuera de la nevera sin peligro para la salud.

→ Lo puedes hacer a mano, pero necesitas buenos brazos y paciencia. Un robot o amasadora facilitará mucho el trabajo.

→ Si te sobra yema, puedes mantenerla en un recipiente hermético en la nevera durante unos días.

→ El azúcar se puede tostar con una pala de quemar o con un soplete.

Como ya os he dicho, esta es mi receta Typical Spanish del mes de diciembre, dentro del grupo 'Mazapán', en el que teníamos la almendra como ingrediente estrella. Podéis ver el resto de propuestas de mis compañeras en La cocina Typical Spanish, un recopilatorio perfecto para estas fiestas.