Las espinacas son una verdura de hojas comestibles, grandes y de color verde oscuro. Se cultivan durante todo el año, aunque están de temporada en invierno y primavera. Se pueden consumir crudas, cocidas o fritas, aunque muchas personas las rechazan porque tienen un sabor peculiar. Precisamente por eso os traigo esta receta: está muy rica y es una buena forma de incluir las espinacas en la dieta.


Aunque tradicionalmente se ha incitado a comer espinacas por su alto contenido en hierro, lo cierto es que tiene unos niveles normales, superados por otras muchas verduras. Al parecer, un científico se equivocó y otorgó a esta planta 10 veces más hierro del que en realidad tiene. Vamos, que Popeye no conseguía su fuerza por zamparse un bote cada vez que tenía un problema. Eso sí, conviene tomarlas por su alto contenido en vitaminas y antioxidantes.


Lo bueno de esta receta de espinacas es que puedes dejar las cazuelitas preparadas con antelación (incluso congelarlas), listas sólo para gratinar. Y si te gusta esta verdura, no dejes de probar la ensalada de espinacas con fresas, queso y piñones. Te va a sorprender.


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Si una tarde recibes 30 kilos de cítricos y a la mañana siguiente te topas con un precioso bizcocho de naranjas sólo puede pasar una cosa: que lo cocines inmediatamente, sobre todo si detrás está Miriam, de El invitado de invierno, reinterpretando una receta de la cocinera Donna Hay. Lo reconozco: fue verlo y enamorarme. Así que en cuanto tuve un rato me puse a adaptar la tarta, añadiendo zumo entre los ingredientes y cubriéndola de naranjas confitadas también por los laterales.


¿Que por qué tenía 30 kilos de naranjas? Porque dos valencianos de Riola, Agustín y Vicente, me las enviaron para que las probara. Son los responsables de Naranjas Delicia, una pequeña empresa que cultiva de manera tradicional y que es muy respetuosa con el medio ambiente. Lo mejor de sus cítricos es que, cuando haces un pedido, los cortan y viajan del árbol a tu mesa en sólo 24 horas, sin pasar por cámaras de refrigeración, sin tratamientos químicos de maduración artificial y sin encerados ni abrillantados que merman su sabor. Vamos, que son naranjas con olor a naranja y sabor a naranja, nada más.


Después de probarlas puedo decir que han aguantado más de un mes en perfecto estado, sin necesidad de frigorífico (las he tenido en el patio, en su caja de cartón). Y que están ricas, ricas. Con mucho zumo y gran sabor. ¡Sólo hay que ver la pinta!


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El babá napolitano es un dulce tipo brioche que, una vez horneado, se empapa en almíbar aromatizado con ron. Ligero, esponjoso, no muy dulce y bien mojado, llegó a Francia a mediados del siglo XVIII, de la mano de Estanislao I, rey de Polonia y duque de Lorena. Su nombre deriva del polaco 'babcia' (abuela, o abreviado, 'baba').

En la receta de babà original, el dulce tenía la forma del tapón de corcho de las botellas de champán, aunque dos pasteleros franceses, un siglo después de su llegada, lo empezaron a preparar en forma de corona, dándole el nombre de savarín y modificando el baño de almíbar y ron. Tiempo después llegó a Italia, donde los napolitanos lo adoptaron como propio y le dieron 'apellido'. Algunas recetas de babá cambian el ron por limoncello.

La receta de babà napolitano que he usado para preparar los pastelitos es de Bavette, y la he seguido casi al pie de la letra, adaptándola para la corona. Hay muchas formas de tomar el babà napolitano al ron: solo, con trozos de fruta fresca, con nata, con crema... Cuando se decora una corona con varios, se forma una torta de babàs, muy vistosa, como he hecho yo en este caso. Está muy rico en cualquiera de sus versiones.

¿Conocías la receta de babàs napolitanos? ¿Te animas a prepararla?

Las tostas calientes son una opción fácil y rápida para solucionar la cena o, si preparas algunas variadas, una comida de picoteo. Esta, de gulas y gambas, está riquísima y se prepara en menos de 10 minutos. Además, sus ingredientes pueden estar en el congelador, justo para salvarte de una urgencia.


Cuando preparas una tosta es importante elegir un pan consistente, cuya miga no se rompa en el primer mordisco. El pan de pueblo es una buena opción. También tienes que escoger ingredientes ricos que combinen bien. En este caso, puedes cambiar las gambas por unos huevos de codorniz a la plancha o un poco de cebolla frita crujiente.


También es fundamental añadir una salsa que aporte cremosidad y sabor. En este caso, he elegido mayonesa con ajo. Puedes hacerla en casa (en trucos y consejos te explico cómo) o comprarla. Yo he usado Ajonesa de Chovi, que venía en mi caja Degustabox (si tú también quieres recibirla en casa, puedes suscribirte con descuento con el código R8I0W).


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El risotto es un plato procedente de la cocina italiana, que tiene como base el arroz cremoso, acompañado de todo tipo de verduras y hortalizas, aunque también algunas carnes y pescados. El otro gran protagonista del plato es el queso parmesano, 'culpable' de la textura del arroz. En este caso he elegido pulpo y pimentón, dos compañeros de viaje habituales, que han convertido este risotto en una delicia.


A la hora de elegir el arroz para hacer risotto, debemos escoger una variedad tipo Arborio o Carnaroli, arroces de grano pequeño o mediano, con mucha capacidad de absorción de líquidos y mucho almidón, que sueltan durante la cocción, aportando un punto pastoso. No son imposibles de encontrar, pero si no tienes a mano, puedes usar arroz bomba. En trucos y consejos te lo explico.


Para hacer este plato, compré el pulpo ya cocido y, como no tenía agua de la cocción, para hacer el risotto usé caldo de verdura. Y confieso: tampoco lo hice en casa, aunque no se notó. Es un caldo de verdura ecológico, de la marca Costa Eco, que me enviaron en la última Disfrutabox. Muy recomendable. También es importante usar un buen pimentón (el mío, D.O. La Vera), tú eliges si dulce o picante. Te recomiendo que la cucharada con la que se rehoga el arroz sea dulce y, si te apetece, uses picante para el toque final del plato. También hay una variedad que llaman agridulce, que es una mezcla de ambos.


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Hacía mucho tiempo que me apetecía enseñaros cómo hacemos en casa la tortilla de patata, pero necesitaba alguna excusa, porque hay mil recetas de tortilla en la red. Es uno de esos platos que 'todo el mundo' sabe hacer, pero cuyo resultado puede ir de maravilloso a espantoso: no hay nada mejor si está bien hecha; y nada peor cuando no lo está.


Decía que necesitaba un motivo para publicar la receta de tortilla española en el blog, y el reto #cocinadecine de La cocina Typical Spanish, me ha empujado a hacerlo. Nos pedían un plato que apareciese en una película de amor (que para eso estamos en febrero) y me acordé de una de mis favoritas: Belle Èpoque, en la que Clara (Miriam Díaz Aroca) prepara un suculento bocadillo de tortilla a Fernando (Jorge Sanz).


El bocata de la película tiene una pinta estupenda. Y aunque no sé si existe la tortilla de patata perfecta, la de mi madre (o sea, esta que os voy a explicar) se debe acercar mucho, porque es lo típico que todo el mundo te pide que lleves cuando la comida es compartida. Aviso: lleva cebolla (aunque nadie la nota), tiene una altura media y es muy blandita y jugosa.


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¿Has probado alguna vez la brandada de bacalao? Es una crema muy suave, donde el pescado se emulsiona con aceite y ajo hasta que adquiere la textura adecuada. Se puede tomar a modo de paté y untar en rebanadas, rellenar pimientos del piquillo o servir gratinado en pequeñas raciones para el aperitivo. Está delicioso en cualquier caso.


Aunque hay muchas recetas de brandada, he intentado seguir la del reconocido chef catalán Joan Roca, entre otras cosas, porque se trata de uno de los platos mediterráneos por excelencia, cuyo origen se disputan por toda la costa italiana, francesa y española. Incluido en el libro 'Las mejores recetas de mi madre', Roca reconoce que este plato en su restaurante no se emulsiona a mano, como en su origen, sino con ayuda de una batidora. Y yo le hecho caso ;)


En todas las versiones que he leído, recomiendan usar bacalao en salazón, porque tiene más sabor que el fresco o las migas ya desaladas que venden. Si lo compras salado y seco, tienes que lavarlo muy bien y luego desalarlo. En el paso a paso te explico cómo y luego detallo el proceso en el apartado 'Trucos y consejos'.


¿Te animas a probar esta receta de brandada de bacalao?