La mona de Pascua es un dulce típico de la Semana Santa en el litoral mediterráneo. En España, se come en la mitad este: Cataluña, Valencia, Murcia, Aragón y parte de Castilla-La Mancha. Se trata de un rosco o bollo de masa tipo brioche, que se decora con huevos duros. El nombre proviene del árabe munna o mouna, que significa 'provisión de la boca', y era un regalo que los moriscos hacían a sus señores.

La tradición marca que el padrino regala la mona a su ahijado el Domingo de Resurrección, marcando el final del periodo de ayuno y abstinencia de la Cuaresma. Al día siguiente, Lunes de Pascua, que es festivo en la mayoría de las zonas donde es típico, se va al campo en familia a comerse la mona de postre o de merienda. Es una celebración muy familiar.

Además, si la preparas la mona de Pascua en casa, los niños pueden ayudar: eligiendo los colores de los huevos, tiñéndolos el pequeños moldes desechables para no manchar, haciendo los adornos, echando los fideos de colores...

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Ingredientes (para 1 mona grande):
-Para el fermento previo (masa madre):
60 gramos de agua
10 gramos de levadura fresca
100 gramos harina de fuerza
-Para la masa:
425 gramos de harina de fuerza
12 gramos de levadura fresca
3 huevos
140 gramos de azúcar
80 gramos de aceite de girasol
Piel rallada de 1 limón
15 gramos de agua de azahar (1 cucharada)
Una pizca de sal
-Para decorar:
1 huevo (para pintar)
Fideos de colores (fideos en su defecto)
Huevos (para colocar en la masa)

Elaboración:
Para elaborar la masa madre, templa el agua, añade la levadura de panadero y diluye. En un cuenco amplio pon la harina de fuerza y el agua con levadura y mezcla hasta hacer una bola lisa. Deja reposar tapado en una zona templada y sin corrientes durante toda la noche.

Al día siguiente, la masa madre no habrá crecido demasiado pero habrá tomado aromas. Desgasa un poco y pon en el cuenco de la amasadora (o en uno amplio si vas a amasar a mano) junto con la harina, la levadura (frota con los dedos para mezclarla con la harina), los huevos, el azúcar, el aceite, el agua de azahar, la ralladura de limón y la sal. Amasa a mano o, si tienes amasadora, utiliza el gancho. Con máquina en unos 7-8 minutos, estará lista. A mano tardarás un poco más. Debe quedar lisa y algo pegajosa. Coloca sobre la mesa limpia y aceitada y, con tus manos untadas también en aceite, forma una bola tersa. Coloca en un cuenco amplio y limpio, untado con una pizca de aceite. Tapa bien y deja reposar en un lugar cálido (a unos 22-23 grados) y sin corrientes de aire. Debe fermentar hasta doblar su tamaño. Tardará aproximadamente 1-2 horas.

Mientras leva la masa, aprovecha para teñir los huevos. Yo, en vez de hacer una mona grande, hice una mediana y dos pequeñas. Para la grande necesitarás teñir entre 4 y 6 huevos, según lo cerca que coloques unos de otros. Para la mona mediana, te harán falta 3. Si haces monas pequeñas, necesitarás un huevo teñido para cada una o 3 huevos de codorniz, como hice yo. Para teñirlos puedes usar recipientes desechables, como estas flaneras de Albal. Es muy cómodo porque así cuando termines no quedan restos de colorante en los recipientes, que luego cuesta quitar. Llena de agua templada las flaneras por la mitad, echa un chorro de vinagre y una pizca de colorante comestible y mezcla. Los colorantes que más tiñen son los que venden en pasta o gel. Cuando el color sea homogéneo, sumerge el/los huevos. Es mejor no pasarse de agua para que, al introducir el huevo, no se desborde. Cuando esté el huevo dentro, terminamos de llenar. En unos 20-30 minutos estará teñido. Saca, seca con una servilleta de papel sin frotar y reserva aparte hasta el momento de usar. Puedes elegir los colores que más te gusten.

Cuando la masa haya doblado su tamaño, prepara una o dos bandejas de horno, según el tamaño de mona que hayas elegido, con papel de horno. Yo uso el de rollo de Albal, porque puedo cortarlo a medida y es muy cómodo. Si vas a hacer más de una mona, divide la masa con ayuda de un cuchillo (no la partas estirando) y, sobre una encimera limpia y aceitada, con las manos también untadas en aceite, da a cada trozo forma de bola tersa. Aplana un poco con la palma de la mano y, con un dedo, abre un agujero central. Poco a poco da forma de rosca, dejando un buen agujero ya que, con la segunda fermentación, tiende a cerrarse. Coloca sobre el papel de horno en la bandeja. Si quieres puedes reservar un trocito de masa y hacer alguna decoración. Yo hice tres churros y, con ellos, una trenza que partí en tres trozos. Cuando tengas la mona decorada, cubre con un plástico o un paño limpio y seco y deja fermentar de nuevo hasta que duplique su tamaño. Tardará entre 1 y 2 horas.

Cuando la masa esté casi lista, precalienta el horno a 175 grados, con calor arriba y abajo. Coloca los huevos teñidos y bate el otro. Pinta toda la masa (los huevos teñidos, no) con huevo batido y echa por encima unos fideos de colores o, simplemente, azúcar. Deja que termine de fermentar, tapándola otra vez.


Cuando el horno esté bien caliente, mete la bandeja con las monas en la parte inferior (no sobre la base, pero más abajo del centro) y hornea durante unos 15-20 minutos, según el tamaño, hasta que estén doradas. Si se empiezan a dorar muy pronto, cubre con papel de aluminio para que no se quemen. Cuando estén hechas, saca y deja que se enfríen sobre una rejilla.


Trucos y consejos:

→ Si encuentras huevos de color blanco, resultará más fácil teñirlos que los marrones, aunque los míos eran marrones y tiñeron bien.

→ El tiempo de fermentación de la masa varía mucho en función de la temperatura. Conviene vigilarla para que no sobrefermente. Lo ideal es que duplique su tamaño en cada uno de los dos levados (el de la masa y el de la mona ya formada).

→ Al ser un bollo tipo pan, no aguantará tierno más de 24-48 horas. Eso sí, si pasado ese tiempo no se ha terminado, mojado en leche estará igualmente delicioso.

→ Los huevos se pueden meter crudos en el horno, colocados en la mona, y ahí se irán haciendo. Si vas a hacer monas individuales con un huevo grande en el centro, puedes cocerlo en un cazo con agua durante 5-6 minutos, para asegurarte de que en el horno se terminará de hacer. Eso sí, cuécelo antes de teñirlo, o con el agua hirviendo volverá a su color original.

Receta elaborada en colaboración con Albal, una marca de confianza que ofrece productos para conservar, congelar y cocinar alimentos de manera sencilla, aprovechando durante más tiempo los alimentos, o pudiendo utilizar aquellos que nos han sobrado de otras preparaciones, evitando desperdiciar comida.

Es lo que ellos llaman filosofía 'Save Food', con la que me identifico por completo. Hay millones de personas que mueren de hambre en el mundo, mientras toneladas de alimentos van a la basura a diario. Si entre todos ponemos un poquito de nuestra parte, conseguiremos un planeta más justo y solidario.

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