¿Has comido alguna vez quinoa o quinua? Son pequeñas bolitas de color beige, concretamente un grano seco, procedente de los Andes y Chile. Se define como pseudocereal, por tratarse de semillas de plantas de hoja ancha no gramíneas. Considerado un superalimento, posee los ocho aminoácidos esenciales para el ser humano y es de fácil digestión. Está de moda desde que 2013 fuera declarado Año Internacional de la Quinua por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
La quinoa supone un buen aporte de hidratos complejos, pero también de proteínas, muchas más que otros cereales; también contiene un alto contenido en fibra, gran parte de tipo insoluble, como semilla que es; y más lípidos, aunque puedes estar tranquilo: son en su mayoría grasas insaturadas (ácidos omega 3 y 6). Podríamos decir que tiene lo bueno de los cereales y de las legumbres. Es especialmente beneficioso para los celíacos, porque no contiene gluten; es apropiada para los diabéticos y para personas que quieren perder peso, por su bajo índice glucémico; y ayuda a controlar los niveles de colesterol en sangre, gracias a su aporte de fibra y lípidos insaturados.
Puedes usarla cocida en ensalada, salteados, sopa, para acompañar carne o pescado o en preparaciones, como estas hamburguesas veganas. Molida, también sirve como harina. Si no la has probado, ¿a qué estás esperando? Aquí puedes ver un salteado de quinoa, verdura y cúrcuma y adentrarte en el mundo de los ¿mal llamados? superalimentos.

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El café frappé es un batido de café con hielo cubierto de espuma. Muy popular en Grecia, país en el que surgió a mediados del siglo XX, se ha extendido por todo el mundo, donde se consume especialmente en verano. En el resto de Europa se conoce como frappuccino y en EE.UU. como iced cappuccino (capuchino helado).
Es una bebida refrescante ideal para los amantes del café, que se puede tomar a cualquier hora, ya que podemos usar en su preparación distintas variedades de café. Lo importante es que tenga un gran sabor. Yo utilicé cápsulas de café espresso descafeinado, concretamente de Dolce Gusto, hechas en mi nueva cafetera Drop.
El nuevo 'juguete' de mi cocina es una chulada, no sólo por su diseño con forma de gota de café, premiado como Mejor del Año en los RedDot Awards 2016, sino por la facilidad de uso y las prestaciones. Dispone de tecnología táctil, lo que permite elegir si quieres más o menos cantidad de agua en tu bebida con sólo pulsar en su parte superior. Además, la variedad de cápsulas hará disfrutar a toda la familia, porque cuenta con distintos tipos de café, chocolate, infusiones y bebidas frías.

¿Todavía no te has decidido a preparar este café frappé?

Quizá estoy cometiendo un pecado al llamar tiramisú a un plato que, aunque estéticamente pueda parecerlo, desde luego no lo es. Primero, porque es salado; y segundo porque ni siquiera lleva queso mascarpone. Pero estos vasitos de tomate y crema de queso con polvo de jamón están tan ricos, que merecían un nombre sugerente. Y éste lo es, ¿verdad?
Se trata de una tapa o entrante frío, muy fácil de preparar, que combina capas de pan de molde humedecidas con agua de tomate, dados de tomate aliñado y crema de queso. Lo decora un poco de polvo de jamón, que pone el punto crujiente y sabroso a la receta. Nadie podrá resistirse.
Lo más importante para que el plato triunfe es usar buenos ingredientes: tomates, a poder ser del terreno, un jamón bien rico y un parmesano recién rallado. Si te queda alguna duda, la receta viene también en vídeo. Si lo ves, podrás conocerme un poquito más, porque con ella me presento al concurso Blogueros Cocineros de Canal Cocina. ¡Deséame suerte!

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Es 21 de julio. Es el #DíaMundialdelGazpacho. Las sopas frías son la salvación del verano, recetas con hortalizas cargadas de vitaminas que nos ayudan a sobrellevar las altas temperaturas. Ajoblanco, salmorejo, porra, y, cómo no, gazpacho en mil y una versiones. Además del clásico gazpacho andaluz, están de moda los gazpachos afrutados. Pero hoy echamos la vista atrás, a la cocina tradicional, la de nuestros abuelos y bisabuelos, a la época en que las batidoras eléctricas no existían (o no estaban en cada casa, como ahora). ¿Cómo hacían entonces el gazpacho?

Era una versión rústica, antigua, un gazpacho en forma de ensalada con un caldo muy refrescante en el que flotaban las hortalizas cortadas y el pan. En casa de mis abuelos paternos, se sigue haciendo así cada verano: gazpacho de trozos remojados en vinagreta aguada. Lo importante es servirlo muy frío y poner el pan justo antes de comer para que no se deshaga.
En esta receta de gazpacho no se pueden esconder los sabores: si tienes la oportunidad, emplea hortalizas del terreno, un buen aceite de oliva virgen extra (yo he elegido uno de aceituna variedad picual) y un vinagre sabroso, como el de Jerez. Es tan simple como parece: trocear, aliñar y servir bien frío.

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En días de calor apetece tomar cosas frescas y, sin duda, los helados son una de las mejores opciones. Esta receta de polos de limón es una de mis favoritas porque se prepara en menos de 5 minutos y sólo con tres ingredientes. El resultado es fantástico: dulce con un punto ácido, de textura cremosa y sin cristales de hielo.
Una de las cosas que más me gusta de los helados es que nos hacen volver a la infancia. Aquellas tardes calurosas de vacaciones y piscina solían endulzarse, en mi caso, con un polo de limón. Ahora, son mis hijas las que quieren disfrutar de paletas bien fresquitas y juntas preparamos recetas de helados tan fáciles y ricas como ésta.
Por cierto, ni siquiera hacen falta poleras para prepararlos: unos vasos de usar y tirar y unos palitos planos serán suficientes. Y si te gustan los polos, no te pierdas los de yogur con frutas, gominolas, mousse de Oreo, tinto de verano, cóctel San Francisco, fresas naturales...

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Estoy cansada de escuchar que la carne de pavo es sosa, muy seca y que no hay quien se la coma. Esto sólo depende de la forma en que se cocine. Si la preparas siguiendo esta receta de estofado con verduras y pimentón, descubrirás que queda tierna y jugosa, con mucho sabor y sin más grasa que una cucharada de aceite de oliva. ¿Qué más se puede pedir?
El estofado es un guiso de carne que consiste en cocinarla rehogando y cociendo a fuego lento con agua, vino, caldo u otro líquido, así como hortalizas y diversas especias. Se trata de ablandar la carne a partir de los vapores que genera el líquido dentro de la olla.
En función de la carne, pero también del líquido y condimentos que uses, conseguirás distintos platos de lo más variado. Por ejemplo, no tiene nada que ver este pavo al pimentón con la ternera con ras-el-hanout que publiqué hace tiempo y que también está deliciosa.

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Es verano y, como os contaba hace unos días, es tiempo de hacer barbacoa. Si ya sabes cómo preparar las brasas perfectas, seguro que te viene bien aprender a adobar carne para pinchos morunos. Porque, sin duda, estarán mucho más ricos si dedicas 10 minutos a hacer el aderezo en casa que si los compras ya preparados.
En este caso, he usado carne de cerdo, que no es, lógicamente, la que se empleaba originalmente en la receta de pinchos morunos, y que le da -precisamente- el apellido. En el norte de África se preparan con cualquier carne, excepto cerdo, y la más habitual es el cordero. Además. el aderezo es bastante diferente, con cúrcuma, cilantro o comino, entre otras especias.
La ventaja de adobar pinchitos en casa es que puedes ajustar las especias a tu gusto y, sobre todo, que al añadir zumo de limón conseguirás que la carne quede más tierna, gracias al ácido del cítrico. Luego, con un buen golpe de calor en la barbacoa (o en una plancha o sartén amplia) quedarán en su punto: doraditos por fuera y jugosos en el interior.

¿Te animas a preparar esta receta de pinchos morunos caseros?

Los mug cakes son bizcochos que se cocinan dentro de una taza en el microondas. Se preparan en 5 minutos (de reloj) y sin manchar más que una taza y una cuchara. Todo un lujo, porque además, tiene tamaño individual. Vamos, que es una receta dulce fácil y perfecta cuando queremos darnos un capricho: rápido y cómodo de preparar y en la cantidad justa para que no sobre.
He visto y probado muchas recetas de mug cake y la mayoría dan como resultado una masa gomosa poco apetecible. Pero después de buscar, rebuscar, probar y volver a probar he dado con una receta de bizcocho con buen sabor y textura adecuada. Eso sí, hay que prepararlo en el momento de consumir. En cuanto lo haces, tienes que comerlo, no aguanta más allá de un rato en condiciones óptimas. Pero con lo fácil y rápido que es, no da pereza.
Puedes hacer mug cakes de los sabores que prefieras. Este es un bizcocho de chocolate, uno de los clásicos. En la explicación paso a paso te cuento algunas modificaciones para que lo adaptes fácilmente a tu gusto.

Si te da pereza poner el horno, si quieres una sola ración de bizcocho, si te apetece un dulce en el momento, esta receta de mug cake de chocolate es perfecta para ti.

Hace poco te enseñaba lo fácil que es preparar granola casera y te anunciaba estos riquísimos muffins de pera y granola, todo un descubrimiento, por su delicioso sabor, por su textura interior muy suave gracias a los trozos de fruta y su parte superior crujiente gracias al tostado de la granola.
Este tipo de bizcocho, tal como te expliqué al publicar estos muffins de queso y frutas del bosque, son unos pastelillos densos con trozos en su interior, ya sea de fruta, como en este caso, de frutos secos, de chocolate, de verdura... porque pueden ser dulces, pero también salados. Se caracterizan, además, por su aspecto plano, sin copete, ya que su masa apenas se bate, para evitar que aparezcan burbujas en el interior. Como ves, se parecen, pero no son magdalenas ni cupcakes.
Estos muffins son perfectos como receta de aprovechamiento, ya que puedes usar distintos tipos de harina (o mezclar blanca, con espelta y/o con integral) ajustando levemente los líquidos, cambiar la fruta por otra (en este caso, puedes probar con manzana, fresas, melocotón o plátano, por ejemplo), o incluso sustituir la granola por unos trozos de frutos secos.

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Quizá no sabes su nombre, pero casi seguro la has probado. Hablo de la granola, una mezcla de copos de avena, frutos secos y semillas, aderezados con especias y endulzantes, que se hornea para que quede crujiente. Aunque se ha puesto de moda hace relativamente poco, la 'granula' fue creada por el médico estadounidense James Caleb Jackson, en 1863. Se trata de un alimento similar al muesli, habitual en muchos desayunos y perfecta como snack para picar entre horas o como ingrediente para otras preparaciones (pronto podrás probar unos deliciosos muffins de pera y granola).
Considerado un producto 'sano', conviene tener cuidado porque tiene un alto índice calórico. Es recomendable para deportistas o personas con mucho desgaste físico, porque proporciona energía; pero, tomada en grandes cantidades, puede ser un peligro para quienes llevan una vida sedentaria. Eso sí, hecha en casa y consumida con moderación es una alternativa saludable respecto a los cereales de desayuno industriales, presentes en casi todos los hogares.
La granola es un fijo en la dieta de los veganos, que suelen tomarla con leche vegetal (de almendra, de arroz, de soja...). Además, es una mezcla apta para celiacos, siempre y cuando estén seguros que ninguno de los ingredientes que la componen, contienen contaminación cruzada; incluidos los copos de avena, que aunque carecen de gluten, suelen eliminarse de la dieta celíaca por la alta probabilidad de contaminación con trigo.

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