El tzatziki (cacik, tsatsiki o salsiki en su popularización española) es una salsa de yogur y pepino, típica de la cocina griega, pero en general de la zona este del Mediterráneo y de Oriente Medio. Se trata de un aperitivo muy rápido y sencillo de preparar, ideal para 'dipear' con pan de pita o bastoncitos de verduras y hortalizas.
Esta es una de las salsas o cremas frías de moda, junto al guacamole o el hummus; todas ideales para preparar una comida o cena de picoteo, o para acompañar una barbacoa. Platos de cocina internacional que han llegado para quedarse.
El tzatziki es muy refrescante y puede convertirse en sopa fría añadiendo agua en su preparación para hacerla menos espesa y más ligera. Así se transforma en un primer plato perfecto para completar una comida o cena veraniega.

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Me encantan los helados, y se nota. En el blog ya hay bastantes recetas de polos y helados caseros publicadas, pero la de hoy es especial porque es muy de mi tierra. Se trata de una receta de helado de azafrán, el oro rojo de La Mancha, sobre el que escribí un post para mostrar todo su proceso: desde que se planta hasta que llega a nuestras manos. Además, este helado va muy bien acompañado, servido en una teja de almendra, un tipo de galleta típica de Toledo, que he moldeado hasta convertir en cuenco.
Este helado de azafrán es increíble, pero no puedo dejar de recomendaros que uséis azafrán de La Mancha regulado por la Denominación de Origen Protegida, ya que su calidad no es comparable con el resto: ni en el color que da, ni en aroma que desprende, ni, por supuesto, en el sabor para el plato. La verdad es que se nota la diferencia.
Si tienes que celebrar una ocasión especial o te apetece darte un capricho, este postre helado es una maravilla: la textura crujiente de la teja de almendra contrasta con la cremosidad de un helado casero de sabor único. Totalmente recomendable porque además, ni es empalagoso, ni llena demasiado.

¿Has probado el helado de azafrán? ¿Te atreves a hacerlo en casa? ¡Espero que te guste!

Para el desayuno, para el postre, para la merienda... Estos wraps de fruta y queso son un pequeño capricho perfecto para cualquier momento. Lo ideal es usar fruta de temporada, por eso he elegido melocotón, que es una fruta de verano. Conviene usarla en su punto: ni dura (se romperá al enrollar la tortilla de trigo), ni muy madura (se deshará y soltará demasiado jugo).
Se trata de una receta dulce muy versátil, donde el queso crema puede sustituirse por mermelada, crema de chocolate, crema de cacahuete, crema de queso y chocolate blanco... Y el melocotón puede cambiarse o combinarse con otras frutas de consistencia similar. ¿Te apetece con dulce de leche y plátano?
Pero las tortillas de trigo (o wraps) son también muy cómodas para preparar multitud de recetas saladas. No sólo los típicos burritos y fajitas mexicanos, sino también esta quesadilla, estos canapés de lacón con semillas de amapola o una pizza rápida.

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En verano apetecen aperitivos fríos y rápidos de preparar, como estos tomates rellenos de queso y encurtidos, un bocado delicioso que te explico cómo preparar en menos de 10 minutos. Sólo necesitas un poquito de paciencia para vaciar los 'cherry' (cereza, en inglés), una variedad de tomates pequeños.
Si quieres completar una mesa de aperitivos fríos, puedes servir, junto a estos tomates rellenos, unos chupitos de gazpacho, salmorejo o ajoblanco; canapés de alcachofa con anchoas o de crema de jamón; guacamole, hummus, brandada de bacalao... Es un buen complemento, por ejemplo, si organizas una barbacoa.

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Un bocado fresco y sabroso en un pan delicioso. Este bocadillo es muy original y perfecto para el verano, con sabores refrescantes, como el del guacamole, una crema fría de aguacate; y el toque de las sardinas anchoadas, es decir, curadas en salmuera. Además, va en un pan de hamburguesa, que aporta su toque tierno y está cubierto de crujientes semillas.
Muchas veces se nos acaban las ideas y terminamos rellenando los bocadillos y sandwiches siempre con los mismos ingredientes. Pero algo tan sencillo como untar una crema, poner algo crujiente y añadir un producto principal sabroso, nos ofrece mil y una posibilidades. Eso sí, es importante elegir el tipo de pan pensando en los alimentos que llevará en su interior: sabor fuerte o delicado; corteza fina o gruesa; textura densa o ligera...
Cuando no tengas claro el relleno, abre el frigorífico: puedes usar restos de alimentos que tengas en la nevera y conseguirás una receta de aprovechamiento, en este caso, yo utilicé un poco de guacamole; y/o alguna lata de conserva para complementar, como estas sardinas anchoadas.

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Las rocas de chocolate son unos bombones de frutos secos caramelizados y bañados en chocolate que ha popularizado el chef Paco Torreblanca. Es un bocado delicioso, con una textura crujiente y fundente a la vez. Uno de esos dulces que no puedes parar de comer cuando los tienes delante.
Preparar estas rocas de almendra y chocolate no es difícil, aunque sí requieren algo de dedicación para pelar y cortar los frutos secos. Un consejo: lo ideal es manejar en chocolate en un ambiente fresco, para facilitar un poco la elaboración.
El toque del caramelo transforma increíblemente esta receta de rocas, sobre todo por lo inesperado de encontrarlo bajo el chocolate. Es un caramelo salado que pone el contrapunto ideal, a la vez que -por raro que parezca- realza el dulzor.

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Cuando aprieta el calor, apetece tomar postres frescos y ligeros. Este sorbete de naranja es perfecto para terminar una comida porque se prepara sólo con zumo de naranja ligeramente endulzado. Así, no llena, refresca y apetece en cualquier momento. Además, es tan fácil de preparar que no da pereza.
Aunque puede prepararse con azúcar blanco, en esta ocasión he usado sirope de agave, porque se disuelve rápidamente. Es un endulzante que se ha puesto de moda entre dietistas y crudiveganos (quienes se alimentan sólo de productos de origen vegetal con el menor cocinado posible) por tratarse de un jugo vegetal dulce que se extrae de las hojas del agave, una planta similar al aloe vera.

Hay quien lo considera 'sano' porque endulza más que el azúcar (requiere menos cantidad) y porque posee un bajo índice glucémico, lo que hace que no se dispare el índice de glucosa en nuestro organismo y que nos sintamos saciados durante más tiempo. Entre sus detractores, quienes desconfían de este producto porque, tras los procesos químicos que sufre, algunas marcas están tan refinadas que son 100% fructosa (desaparecen entonces los beneficios de los fructooligosacáridos de la planta) que provoca, entre otras cosas, aumento de los triglicéridos, hígado graso, diabetes o presión arterial alta. Así que, ¡cuidado!

La idea original de este sorbete la encontré en la web de Martha Stewart. Si preparas esta receta con naranjas, sube una foto a cualquier red social y etiquétame (Facebook | Twitter | Instagram | Pinterest | Google+). ¡Espero que te guste!