El otoño y el invierno también son época de ensaladas. Ésta además, tan colorida y rica, es perfecta para incluirla en el menú de Navidad, cuando la mesa se llena de alimentos contundentes. Con sólo tres ingredientes y una vinagreta especial, tendremos una receta de acompañamiento fresca y ligero. Y si le ponemos un poco de queso feta o unos trozos de perdiz en escabeche, habremos preparado un plato de fiesta.
La escarola es una planta de hoja rizada y amarga que pertenece a la familia de la endibia. Conocida como achicoria rizada, tiene un cogollo voluminoso en distintas tonalidades de verde. Su temporada es el invierno. La granada es un fruto de corteza dura, lleno de cavidades membranosas cargadas de semillas agridulces, rojas y jugosas. Propia del otoño, tiene un gran poder antioxidante. Las nueces de Pecán, por su parte, son el fruto comestible del pecano, un árbol americano de madera dura y rojiza.
Además de buenos productos, en esta ensalada es fundamental un buen aliño. Se puede preparar una simple vinagreta, pero si le añadimos un poco de mermelada, estaremos potenciando todos los matices. Eso sí, conviene lavar muy bien la escarola con agua fría durante un rato para suavizar su amargor y poder disfrutar de todos los sabores de esta ensalada de granada y nueces.

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Las almejas son unos moluscos bivalvos (con dos conchas) que viven en las orillas de ríos y mares, enterrados en la arena. Se pueden cocinar al vapor o en salsa. En este caso, vamos a preparar unas almejas a la marinera, una receta tradicional de nuestro país, muy típica en Navidad.
Con gran sabor a mar, las almejas a la marinera son un guiso muy sencillo de preparar. Tienen una base de cebolla, tomate natural y vino blanco, con todo listo, se añaden las almejas, que se abren en la salsa, aportando todo su jugo a la cazuela.
Si tienes la oportunidad, elige las llamadas almejas finas, que son las más caras, pero también las más ricas. De todas formas, uses la variedad que uses, prepara una buena barra de pan, porque vais a mojar y mojar en la salsa, que está absolutamente deliciosa.

¿Te animas a preparar esta receta de almejas a la marinera? Si prefieres otras opciones, no dudes en consultar la receta de almejas en salsa verde o las almejas al natural. ¡Te van a encantar!

Hay casi tantas paellas como cocineros que las preparen. Los puristas dirán que muchas de esas recetas de arroz no son paella, sino 'arroz amarillo con cosas'. Sea como sea, yo hoy os enseño a preparar lo que en mi casa entendemos por paella de marisco. Si tus comensales son más bien cómodos, también les puedes preparar una paella fácil, fácil de hacer y fácil de comer, porque no tiene 'cascotes'.
Para preparar una buena paella de marisco necesitamos un fumet (caldo o fondo) de pescado y marisco preparado con espinas, cabezas y peladuras. En otra entrada te expliqué cómo preparar fumet casero; si no, puedes comprarlo, pero asegúrate de su aroma, sabor y textura, porque es clave para que la paella sea un éxito.
Respecto al marisco de esta paella, tú eliges si pones gambas, gambones o langostinos, si echas mejillones, chirlas y/o almejas, si añades cigalas o carabineros, así como la cantidad. Hay a quien le gusta que el protagonista sea el arroz y quien prefiere que predominen todos sus acompañantes.

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El falafel es un plato típico de la cocina árabe que se prepara con garbanzos condimentados. Se asemeja por su forma a pequeñas hamburguesas o albóndigas aplastadas, aunque no lleva carne: solo legumbres aderezadas, por lo que es apto para celíacos, veganos e intolerantes a la lactosa o el huevo.
Esta especie de tortas de garbanzos (hay quien les da forma de croqueta un poco aplastada) suelen quedar algo secas, por eso, tradicionalmente se acompañan con una sencilla salsa de yogur aunque también quedan muy ricas con tzatziki. Los veganos pueden usar yogur vegetal para elaborar cualquiera de las dos salsas.
Esta receta de falafel es perfecta para introducir más legumbres en nuestra dieta, por ejemplo, a la hora de cenar, cuando no tomaríamos un cocido, una alubias o lentejas con chorizo, pero sí podemos comer un par de falafel, una ensalada de lentejas con champiñones, un poco de hummus con palitos de verduras o habas con jamón y huevo. Si estás dudando, sí, las habas son legumbres, como los guisantes o la soja.

¿Te animas a probar esta receta de falafel? ¿Preparas alguna vez legumbres para cenar?

El pollo al curry (o curry de pollo) es un plato típico de la cocina hindú, que ha traspasado fronteras y se ha convertido en una receta de pollo muy común en Reino Unido y en el Caribe. Por curry, en la gastronomía india, se conoce a cualquier plato con acompañamiento de arroz.
En este caso, se trata de un guiso de pollo hecho con una mezcla de especias conocida como curry amarillo y con leche de coco, para contrarrestar un poco el sabor fuerte y picante. Junto al guiso, no falta el arroz: un arroz largo, tipo Basmati o Thai, que también es propio de la cocina hindú. Lo ideal es acompañar este curry de pollo con naan o chapati, panes planos típicos de La India y del este y sureste asiático.
Aunque hay tantas elaboraciones de curry amarillo como personas que los preparan, lo normal es que la mezcla de especias incluya: cúrcuma, que es la que le da el característico color; cilantro, comino y alholva o fenogreco; pero también pueden añadirse jengibre, ajo, anís, semillas de hinojo, mostaza y/o amapola, canela, clavo, cardamomo verde o negro, macis, nuez moscada, así como diversos tipos de pimientas o chiles, que aportan el toque picante.

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El agua de Valencia es un cóctel a base de cava o champán, zumo de naranja y alcohol blanco, que surgió en la ciudad que le da nombre. Concretamente, nació en la Cervecería Madrid, en 1959, y durante unos años apenas fue conocido por un puñado de clientes. Fue en la década de 1970 cuando se popularizó en la noche valenciana y, desde entonces, se ha extendido por bares de todo el país.
Es una bebida referescante y perfecta para compartir con amigos, ya que es dulce y no tiene un excesivo contenido de alcohol. Además del verano, la Navidad es buena fecha para tomarla, ya que solemos tener cava en casa y las naranjas están de plena temporada.
Lo bueno de este combinado es que se puede ajustar tanto su dulzor como la cantidad de alcohol: prueba e incrementa o disminuye la cantidad de vodka y ginebra o ron. Normalmente el zumo de naranja y el cava se mantienen a partes iguales.

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La textura de los níscalos es compacta y densa cuando están bien fresco, y no conviene lavarlos antes de cocinarlos, sino dedicar un rato a limpiarlos bien, así mantendrán su potente sabor. Las setas contienen mucha agua y, si las mojamos, incrementaremos esta cantidad. Si no sabes cómo limpiar los níscalos, lo más recomendable es usar un trapo o papel de cocina ligeramente humedecido para ir retirando con cuidado los restos de tierra que pueda tener el hongo.

En este guiso sencillo con vino tinto, he usado uno de Bodegas Verum, que son de mi tierra, Castilla-La Mancha. Recuerda que, cuanto mejor sea el vino para cocinar, mejor será el resultado del plato. Además, hace falta poca cantidad y luego puedes aprovechar para maridar estos níscalos guisados con él. Si te apetece probarlo, puedes comprarlo en su tienda on line de vinos.

Me encantan las recetas de arroz y especialmente el risotto, un plato de arroz meloso típico de la cocina italiana. Se puede acompañar de diversos ingredientes, como este risotto de setas y trigueros, o este risotto de pulpo al pimentón. Yo recomiendo aprovechar siempre los productos de temporada, como la calabaza en este caso.
Normalmente, el risotto se prepara con queso parmesano, pero en esta ocasión, he elegido el gorgonzola, un queso azul no tan fuerte como otros, que combina a la perfección con el dulzor de la calabaza. Lo importante es respetar las cantidades para que el sabor del queso no tape al del resto de ingredientes. He coronado el plato con unas vieiras marcadas en la plancha, para poder servirlo como plato único e, incluso, convertirlo en un principal para una comida o cena festiva, como por ejemplo, la de Navidad.
Este, como cualquier risotto, no es una receta difícil de elaborar pero sí conviene seguir el paso a paso para que el arroz quede en su punto. Hay que ser cuidadoso al remover para no obtener una mezcla pastosa de ingredientes y cuidar que el arroz no quede duro ni pasado. Hacen falta unos 30 minutos de paciencia y mimo.

¿Te animas a probar esta receta de risotto de calabaza y gorgonzola con vieiras?

Llega la Navidad y, con ella, las recetas de marisco. El buey de mar puede ser una opción estupenda para servir en nuestra mesa, especialmente si tenemos la oportunidad de disfrutar de marisco gallego. A pesar de lo que puedas pensar, cocerlo es bastante sencillo y prepararlo relleno, también. Lo fundamental es calcular correctamente los minutos de cocción para que quede bien jugoso.
Y, como verás más adelante, limpiar un buey de mar es algo laborioso, pero no difícil. Si sigues el paso a paso que he preparado, conseguirás extraer su carne y dejarás el caparazón perfecto para rellenarlo.
En esta ocasión, he utilizado un relleno frío, a base de hortalizas, huevo duro y vino blanco. Además, limpiando bien el caparazón, podemos usarlo como recipiente para servir este plato. Quedará muy vistoso si llevamos el buey de mar con su caparazón relleno a la mesa.

¿Te animas a preparar esta receta de buey de mar relleno?

El flan es un postre elaborado con una crema hecha a base de huevo, azúcar y leche. En este caso, hacemos más fácil la receta, evitando su tradicional cocción al baño María. Para ello, añadimos unas hojas de gelatina a la mezcla, que ayudan a que cuaje. Sencillísimo de preparar y, gracias al chocolate, con un sabor y textura delicioso. No es el flan tradicional, pero es una maravilla.
Este flan de chocolate es uno de los postres favoritos de los niños. Puedes usar para prepararlo chocolate negro o uno con leche, si prefieres que quede menos intenso. Incluso con chocolate blanco, queda fantástico. La variedad va en gustos.
Acompaña el flan de chocolate con nata montada, con un barquillo, con unas frutas rojas o unos frutos secos, para que contrasten sabores y texturas. ¡Y no te olvides de rociar cada porción con unas cucharaditas de caramelo al servir!

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Los muffins son unos ricos bizcochos que se pueden preparar de mil y un sabores (aquí te conté qué son los muffins con más detalle). En esta ocasión, he elegido una combinación ganadora: queso muy suave, de untar, y una fruta de temporada, los higos, típicos del final del verano y el comienzo del otoño.
Los higos no son en realidad una fruta, sino una infrutescencia, es decir, un conjunto de frutas que crecen juntas dando la impresión de ser una sola. El higo, por tanto, no es la fruta de la higuera, lo son sus pequeños frutículos, que crecen dentro del sicono, un receptáculo con forma cónica ovalada. Ése receptáculo es el higo.
Otra curiosidad: algunas higueras dan dos cosechas al año. Además de los higos de finales de agosto y septiembre, al principio del verano, hacia el mes de junio, producen brevas, higos que no han llegado a madurar en el otoño anterior, y han permanecido sin desarrollarse en las ramas durante todo el invierno. Son más grandes y menos dulces que los higos, pero muy apreciadas.

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Las corbatas son un dulce típico de Cantabria, concretamente de Unquera, en la zona de San Vicente. Se trata de una tira de hojaldre cubierta por una capa de glasa y granillos de almendra, que adopta forma de corbata, si se retuerce en uno de sus extremos; o de pajarita, si se hace en el centro.
Dicen que el origen de las corbatas de Unquera se debe a un pastelero que quiso aprovechar así los restos de hojaldre. Sea cierto o no, en cualquier caso, es un bocado ligero y crujiente, que siempre deja a quien las come con ganas de más. Al no ser excesivamente dulces, tampoco empalagan, y se pueden incluir, tras la comida, como postre con un café.
Lo mejor de todo es que se preparan en menos de 15 minutos: sólo hay que batir la glasa y echarla junto a la almendra sobre el hojaldre una vez cortado. Después se hornean y, en cuanto están frías, se pueden disfrutar una tras otra. No, no te vas a comer sólo una ;)

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Queramos o no, Halloween se ha instalado en nuestras vidas. Así que, disfrutemos de la fiesta y aprovechemos para preparar comidas terroríficamente deliciosas, como este cheesecake con chocolate. Al fin y al cabo, está igual de bueno con una tela de araña que con otro dibujo y arrancaremos una sonrisa a los peques de la casa.
La idea de hacer esta tarta de queso con tela de araña es de la gran Martha Stewart, que tiene cientos de recetas geniales para cualquier ocasión. Lo mejor es que, además de ser divertida, el cheesecake estaba riquísimo. No era el típico que hacemos con mermelada por encima, que podéis ver 'vestido' de otoño en forma de vasitos; tiene una textura diferente, más suave y cremosa. No sabría cuál elegir, la verdad, son bastante diferentes, sobre todo por el chocolate y toda la cobertura exterior.
Si no te gusta Halloween, o quieres preparar la tarta de queso para otra ocasión, puedes hacerla sin tela de araña, dibujando cualquier otra forma en la superficie con el chocolate, poniendo puntitos, rayas o lo que se te ocurra. Y, por supuesto, puedes cocinar también otras recetas típicas de Todos los Santos, como buñuelos, huesos de santo, panellets de piñones, panellets de almendra, o viajando a los países anglosajones, pastel de calabaza.

¿Te animas a preparar esta receta de tarta de queso y chocolate para Halloween?