La quinoa es una semilla con características propias de los cereales, de ahí que se la considere un pseudocereal. Aporta al organismo hidratos de carbono complejos, pero también una buena cantidad de proteínas, lo que hace que muchas personas la califiquen de superalimento. Es muy fácil de preparar y admite distintos cocinados, siendo la cocción el más frecuente.
Entre sus beneficios, destaca que es apta para celíacos, porque no contiene gluten; tiene un alto contenido en fibra, un bajo índice glucémico y ayuda a controlar los niveles de colesterol en sangre, gracias a sus lípidos insaturados. Además, es muy versátil y combina a la perfección con verduras y hortalizas, con carnes magras, como el pollo o el pavo; con pescados como el salmón; y con marisco (gambas, langostinos, etc).
Hoy vamos a cocinar la quinoa con pollo y verdura en un completo plato único, que sirve para tomar en la comida o en la cena, ajustando la cantidad de carne. Si te apetece, puedes sustituir el pollo por langostinos y cambiar las verduras según tu preferencia. Si no te gusta la salsa de soja, puedes aliñar con cúrcuma en la sartén y añadir un chorrito de aceite de oliva en crudo cuando lo sirvas.

Si te gusta esta semilla, no te pierdas la hamburguesa de quinoa. Y si preparas esta receta de salteado de quinoa sube una foto a cualquier red social y etiquétame (Facebook | Twitter | Instagram | Pinterest | Google+). ¡Espero que te guste!

Las patatas bravas son la tapa por excelencia. Un plato que es -en principio- muy sencillo, pero para el que existen mil y una versiones. Este plato, conocido también como patatas a la brava, es una receta típica de Madrid, donde se prepara friendo trozos irregulares de patata y añadiendo sobre ellas salsa picante.
A pesar de lo que puedas pensar, la auténtica receta de salsa brava NO lleva tomate, el color rojizo se lo da el pimentón, que también aporta el punto picante y aromatiza lo que en realidad es roux (mezcla de harina y grasa que se usa como base de muchas salsas). Al parecer la receta de patatas bravas surge en el centro de Madrid hacia los años en la década de 1950. Dicen que en 1960 se registraban colas en algunas tascas donde las servían y, a día de hoy, siguen siendo un plato emblemático de la capital.

Además de cuidar la salsa, también es importante elegir las patatas adecuadas y confitarlas en aceite durante unos minutos, antes de freírlas para que adquieran su característico color dorado. Así conseguiremos unas patatas melosas en su interior y pero crujientes por fuera. Las patatas que mejor funcionan para freír son las de maduración tardía y algunas semitardías (en general, las recogidas en la segunda mitad del año), aunque una de mis variedades favoritas es la Spunta, que podríamos describir como 'multiusos', apta para freír, cocer, asar y lo que la echen.

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Las cremas de verduras no tienen por qué ser aburridas ni llevar siempre los mismos ingredientes. La mejor prueba es esta receta de crema de cebolla que se prepara de manera muy sencilla y que, gracias a la cerveza, se transforma en un plato lleno de aromas, con un sabor particular y diferente.
Quizá pienses que el fuerte sabor de la cebolla hará que no te guste el plato, o que eso de la cerveza en un puré de verdura no terminas de verlo. Te aseguro que, si nadie te dice qué lleva esta receta crema vegetal no serías capaz de adivinarlo. Y por los niños no hay problema: ellos tampoco sabrán qué ingredientes lleva el plato.

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Llega el momento de ponerse la máscara y el disfraz y con él, las recetas de Carnaval. Son días de risas, de baile y de dulces, porque el miércoles de ceniza está a la vuelta de la esquina y viene acompañado por la sobria cocina de Cuaresma, con platos que huyen de la carne y promueven la abstinencia. Pero hasta entonces, vamos a disfrutar de las orejas, las flores, las rosquillas o la mona. Y vamos a viajar a distintos países para conocer su gastronomía y tradiciones. ¿Me acompañas?

Ya sabéis que me gustan las tostas, son una forma muy cómoda de solucionar la cena o un picoteo informal. No creo que haga falta publicar recetas de tostas como tal, se preparan con lo que tengamos a mano, pero cuando surge alguna especialmente rica, la publico por si a alguien no se le ha ocurrido unir ciertos alimentos. En este caso, hacemos un viaje gastronómico hasta Galicia, pero puedes ver también: tosta de gulas con gambas y ajonesa, tosta de jamón, pimientos y huevo frito o tosta de rúcula, jamón y mozzarella.
He combinado productos gallegos tan típicos como el lacón y el queso de tetilla, una combinación infalible, aderezada con un buen aceite de oliva y pimentón ahumado. Culminamos con unos pimientos de Padrón para terminar el plato y un vaso de vino tinto gallego, que marida a la perfección con esta tosta de lacón.

Es fundamental al preparar una receta de tosta elegir un buen pan, amplio, con corteza crujiente y una miga consistente, que aguante la humedad. El ideal es el pan de hogaza o pan de pueblo, que aguanta varios días sin ponerse duro.

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Los crêpes son tortitas muy finas que se pueden cocinarse con rellenos dulces y salados. Hasta ahora os había enseñado dos ricas ideas saladas: crêpes de setas, rúcula y jamón y crêpes de sobrasada, queso y miel. Hoy traigo no una, sino 10 ideas de rellenos dulces para crêpes, a cual más rica. ¿Te apetece descubrirlas?
Lo primero es aprender cómo hacer crêpes, algo muy, muy sencillo: batir los ingredientes y dejar reposar la masa. En el tiempo de reposo, será el momento de preparar el relleno. Lo ideal es untar algo cremoso y acompañar con trocitos de otros ingredientes que contrasten: crujientes, como los frutos secos o las semillas; si la crema es dulce, frutas ácidas; si es agria, frutas dulces o trocitos de chocolate...
Por último, iremos haciendo los crêpes, uno a uno, en una sartén antiadherente y los rellenaremos para servir aún calientes. Podemos doblarlos en cuatro o enrollarlos, y añadir por encima más ingredientes que completen nuestra receta de crêpes dulces.

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El pulled pork (o cerdo deshilachado) es un plato típico de la cocina anglosajona que consiste en cocinar una pieza grande de cerdo mediante una cocción lenta durante un tiempo prolongado, para que quede a la vez tierno y jugoso. Se trata de una preparación barata y muy versátil, ya que la carne se puede comer acompañada de arroz o ensalada o rellenar todo tipo de bocadillos y sandwiches.
La receta de pulled pork no tiene más complicación que embadurnar la carne de cerdo con el aderezo y dejarla que se hornee durante unas 8-10 horas. ¡No te vayas! Sigue leyendo, que en ese tiempo no necesitas estar pendiente (ni si quiera estar en casa), ponte una alarma en el móvil y ¡listo!
Lo mejor es que esta receta de carne de cerdo deshilachada está riquísima, se puede comer con distintos acompañamientos y en diferentes formatos y, como sale bastante cantidad, puedes usarlo para organizar un picoteo cuando tengas gente en casa; o congelar en porciones e ir sacando cuando quieras consumirlo.

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Las almejas en salsa verde son un plato clásico de la cocina española, típico especialmente en zonas de costa, como Galicia. Rica y muy fácil de hacer, esta receta de almejas se convertirá en una de tus favoritas. No lleva ingredientes raros, está lista en 15-20 minutos y sólo necesitas para prepararla una cacerola baja que sea amplia y con fondo grueso (como mi cacerola BRA), para que la salsa no se agarre y los moluscos no se pasen.
Además de intentar conseguir almejas frescas, es recomendable usar un buen vino blanco, los que mejor van son el Albariño y el Ribeiro. Piensa que, cuanto mejor sea el vino que eches, mejor sabor tendrá el plato. Un consejo: nunca uses para cocinar un vino que no te beberías.

La receta de salsa verde, que sirve como base del plato, es muy sencilla y lo mejor es que puedes utilizarla para cocinar otros moluscos, marisco y pescados. De hecho, si guardas salsa y unas poquitas almejas, al día siguiente sólo tienes que calentarlo a fuego bajito y añadir unos lomos de merluza o rape cortados en tacos para disfrutar de un platazo.

¿Te animas a probar esta receta de almejas en salsa verde? Y si quieres otra opción, no dudes en consultar la receta de almejas a la marinera o las almejas al natural. ¡Espero que te gusten!

Las cigalas son uno de los tipos de marisco más apreciados, especialmente cuando tenemos la oportunidad de disfrutar de marisco gallego. Y si, además, escogemos una forma exprés de prepararlas, se convierten en la perfecta receta para ocasiones especiales, sobre todo cuando se juntan bastantes personas en casa y, si cocinas cigalas a la plancha, tardas mucho porque hay que hacer varias tandas. Además, el horno evita salpicaduras y olores.
Esta receta de cigalas al horno la aprendí hace muchos veranos en Galicia. Unos amigos de mis padres las sirvieron así durante una cena en su casa en unas vacaciones en Nigrán (Pontevedra). Según me contaron, al parecer allí es de lo más habitual cocinar marisco al horno.
Aunque esta es una receta de cigalas, al final del post te explico cómo adaptarla para cocinar cualquier marisco al horno: gambas, gambones, langostinos... Solo necesitas ajustar el tiempo y decidir si quieres poner o no el aderezo para cocinar marisco al ajillo.

¿Probamos esta receta de cigalas al ajillo?

El arroz con liebre es un plato típico de la cocina tradicional castellana, una receta de caza que lleva a la mesa todo el sabor y aromas del campo. Para prepararlo, partimos de una liebre guisada, cuya única dificultad es pelar y deshuesar el animal. Se trata de una pieza de caza menor, de aspecto similar al conejo, pero menos frecuente en mercados y carnicerías.
La carne de liebre apenas tiene grasa y ofrece un alto aporte de hierro. Eso sí, es una carne fibrosa que necesita tiempo de cocción para estar tierna. Por eso conviene hacer el caldo y el guiso de liebre el día antes o, al menos, un par de horas antes de preparar este arroz para asegurarnos. Luego, en apenas 20 minutos, tendremos la receta de arroz con liebre lista.
Quizá a algunos os parezca un plato 'raro' o no consideréis comer recetas de caza en vuestros menús, para mí -hija de padre cazador- la liebre guisada con arroz no sólo es una comida familiar, sino que su olor me lleva hasta mi infancia, rodeada de mucha gente, porque a mi madre le salía -y le sale- tan rico, que casi siempre había -y hay- invitados a la mesa.

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El foie (del francés foie grás, 'hígado graso') es un producto alimenticio que habitualmente se confunde con el paté, aunque sólo se parecen en que suelen tomar untados. Procedente del hígado de pato u oca, hay distintos tipos de foie, tanto frescos, como elaborados. El que utilizo para esta receta de canapés es el conocido como foie mi-cuit, una fórmula de semiconserva que permite que dure envasado entre 3 y 6 meses.
El foie se suele tomar con pan, en este caso, tostadas muy finas y crujientes que contrastan con la suavidad del mi-cuit. Además, lleva una gelatina de vino espumoso, que es una bebida con la que marida muy bien. Para redondear el canapé de foie, lo acompañan unas frutas del bosque, grosellas y arándanos, que contrastan en sabor y color.
Estos canapés de foie son el mejor ejemplo de que sabemos cómo empiezan las cosas pero no cómo acaban. Nacieron para combinar con pequeñas gelatinas de espumoso rellenas de frutos rojos y acabaron acogiendo 'picadillo' de gelatina y las pequeñas frutillas por separado. Estéticamente, las gelatinas, con su forma de 'flanecito' no acababan de quedar bien sobre el foie. Así que, un poco de improvisación al emplatar y conseguimos unos bonitos canapés para celebrar, por ejemplo, una cena de San Valentín.

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Casi todas las recetas que publico en el blog son sencillas y se preparan con ingredientes y utensilios que casi todos tenemos en casa. Hoy, el bizcocho se sale de esta norma, ya que para prepararlo hace falta un sifón de cocina, un utensilio patentado por Ferrán Adrià en los '80 que convierte cualquier líquido en mousse gracias al óxido de nitrógeno (N2O). Se trata de un bizcocho-M, ideado por el propio chef, también conocido como bizcocho esponja, bizcocho exprés o bizcocho con sifón. Una vez lista la masa, se cocina en 40 segundos en el microondas y es muy ligero y aireado.
Adrià convirtió su restaurante elBulli, en un auténtico laboratorio, donde cocina y ciencia se unen para a través de diferentes técnicas, lograr una experiencia única en el comensal. Todo es posible: helado caliente, pequeñas esferas que al morderlas estallan en la boca, espumas de los más variados sabores...
La deconstrucción, la esferificación o las espumas frías y calientes se convierten en emblemas de los platos de Adrià, caracterizados por la combinación de texturas y sabores. Para unos, un genio; para otros, excesivo en el uso de técnicas. En cualquier caso, elBulli fue elegido en 5 ocasiones como mejor restaurante del mundo por la revista Restaurant Magazine, consiguió 3 estrellas Michelín y la revista Time incluyó a Ferran Adrià en su lista de las cien personas más influyentes del mundo. Situado en la Cala Montjoi, en Rosas (Girona), permanece cerrado desde 2011. Convertido en elBullifoundation, es "un centro de creatividad", según el propio cocinero, que funciona como fundación.

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El día de San Valentín se acerca y me resisto a caer en la tentación de comprar un regalo a mi chico, porque siempre hemos dicho que es una fecha que no significa nada para nosotros. Peeero, no pierdo la oportunidad de aprovechar para preparar una comida/cena para dos. En los próximos días publicaré varias recetas saladas para enamorar, pero hoy os traigo un buen surtido de postres para San Valentín.

Los dorayakis son unos pastelitos japoneses rellenos que dan nombre a Doraemon, el famoso gato cósmico de dibujos animados al que le encantan estos dulces orientales. El nombre, dorayaki, significa gong (un disco de bronce que se usa como instrumento musical de percusión) a la plancha y hace referencia a su forma redonda y abombada.
Muy similares a las tortitas o pancakes, la receta de dorayakis consiste en dos discos de bizcocho unidos por un relleno. En Japón, lo típico es rellenarlos de anko (pasta de judía roja confitada) o puré de boniato dulce y es una merienda habitual para los niños nipones.
En este caso, ante la dificultad de encontrar azuki, las judías con las que se prepara el anko, he utilizado crema de chocolate como relleno y la combinación con los dorayakis caseros es una pasada. Aunque debo reconocer que no he probado el anko.

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