En los últimos años tienen mala prensa, pero no todas las salchichas tienen por qué ser malas. Unas salchichas frescas preparadas en la carnicería no llevan (o no deberían llevar) más que carne picada de cerdo o de pollo. Si además las cocinamos con un vino blanco decente y con bastante cebolla, tendremos un plato clásico de la cocina española que estará muy rico.
Esta receta de salchichas frescas al vino es muy socorrida cuando vamos con prisa, porque se prepara en poco tiempo y, además, es perfecta para comer en el trabajo porque sólo necesita unos segundos de microondas. De hecho, hay quien se come las salchichas frías.
Si te apetece, puedes montar este plato en bocadillo: abre el pan a la mitad y tuesta, moja en la salsa por el lado de la miga, coloca las salchichas y un poco de cebolla y sirve. Para acompañar, podemos preparar un poco de puré de patata o una ensalada.
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