Llamamos fingers de pollo a bastones de carne de ave empanados y fritos, típicos de la cocina de Estados Unidos. Se trata de tiras de pechuga de pollo crujiente, sin huesos ni piel, que se sirven acompañadas de salsas. Me encantan con una mayonesa de aguacate. Son una buena idea para una cena de picoteo o como aperitivo para tomar con unas cervezas.
La receta de fingers de pollo es muy sencilla. Se adereza la carne al gusto, se pasa por huevo y pan rallado grueso y se fríe en aceite bien caliente. Para que no queden grasientos conviene esperar a que el aceite coja suficiente temperatura, freírlos de pocos en pocos y escurrirlos muy bien antes de pasarlos por papel absorbente.
Los comerciales suelen estar hechos con restos de carne picada, pero estos, caseros, son mucho más saludables, pues se trata de bastones de pechuga de pollo sin más. Los fingers de pollo se pueden tomar solos, mojados en salsas, pero también dentro de un wrap, en un bocadillo, en trocitos en una ensalada o, incluso, como relleno de una patata asada cubierta de queso y gratinada.
¿A quién vas a sorprender con esta receta de fingers de pollo caseros?