Es uno de mis postres tradicionales favoritos, uno de esos que nunca me canso de comer. Las natillas caseras me encantan, no solo por su textura cremosa y su delicioso sabor, también porque las hacía con mi abuela, con paciencia y mimo para que no se cortaran. Ella me enseñó a cocinarlas hace años, con un cálculo sencillo: para cada ración necesitamos dos yemas, un vaso de leche y dos cucharadas de azúcar (más o menos llenas, según lo goloso que seas). Y ojo con tirar las claras, en trucos y consejos te doy ideas para usarlas.
Como ves, con solo yemas de huevo, leche y azúcar puedes hacer las mejores natillas, aromatizándolas como más te guste: con canela y/o limón, con vainilla, con azafrán, con naranja... Si estás pensando que me he olvidado de mencionar la harina (o la maicena) te diré que no, no lleva, son natillas sin gluten. Eso sí, si las van a comer celiacos, vigila la galleta -si la pones- para que también sea apta para ellos.
Pero, ¿cómo es posible que espesen unas natillas sin harina (o maicena)? Con paciencia, solo hace falta calentar la mezcla suavemente sin dejar de remover y esperar a que obre la magia (o la reacción química, que es la realidad aunque suene menos bonito). En unos diez minutos tendrás una crema ligera que terminará de espesar al enfriar.
¿Te animas a probar la mejor receta de natillas caseras?
Receta de natillas caseras
Ingredientes (para 4 personas):1 litro de leche
8 yemas de huevo
100 gramos de azúcar
1 limón
1 palo de canela
4 galletas tipo María
Cómo preparar paso a paso natillas caseras
En primer lugar, aromatiza la leche. Para ello, pon en un cazo la leche con un palo de canela y la cáscara de un limón (evita cortar el albedo -la parte blanca-). Calienta hasta que rompa a cocer, apaga el fuego, tapa y deja infusionar y templar unos 10 minutos.
Mientras templa la leche, separa las yemas de las claras (con las claras que te sobran, puedes preparar un montón de recetas, consulta el apartado de trucos y consejos para ver ideas). Mezcla las yemas con el azúcar y bate hasta que empiecen a blanquear. Reserva.
Añade un cucharón de leche a las yemas, colando y mezclando inmediatamente para que las yemas no cuajen. Repite la operación, un cucharón de leche cada vez, para que las yemas vayan cogiendo temperatura poco a poco. Es importante que mezcles continuamente las yemas.
Cuando hayas echado toda la leche, coloca el cazo con la mezcla al fuego y calienta a fuego muy bajo mientras mueves continuamente. A los 8-9 minutos la mezcla empezará a espesar, ten paciencia y no subas el fuego o se cortará. Hay que mover despacio pero continuo durante unos 10-12 minutos, hasta que las natillas cojan consistencia. Ten en cuenta que al enfriarse espesan un poco más. Reparte en cuencos y deja enfriar. Coloca una galleta en cada cuenco. Si te gusta que esté blanda, añade en cuanto templen. Si prefieres que la galleta esté crujiente, colócala justo antes de servir.
Si quieres, puedes añadir un poco de canela en polvo por encima de las natillas.
Cuando hayas echado toda la leche, coloca el cazo con la mezcla al fuego y calienta a fuego muy bajo mientras mueves continuamente. A los 8-9 minutos la mezcla empezará a espesar, ten paciencia y no subas el fuego o se cortará. Hay que mover despacio pero continuo durante unos 10-12 minutos, hasta que las natillas cojan consistencia. Ten en cuenta que al enfriarse espesan un poco más. Reparte en cuencos y deja enfriar. Coloca una galleta en cada cuenco. Si te gusta que esté blanda, añade en cuanto templen. Si prefieres que la galleta esté crujiente, colócala justo antes de servir.
Si quieres, puedes añadir un poco de canela en polvo por encima de las natillas.
Trucos y consejos para cocinar unas natillas perfectas
→ He usado cáscara de limón y canela en rama para aromatizar, pero puedes poner vainilla (te recomiendo que abras una vaina por la mitad y la metas en la leche al cocer), con unas hebras de azafrán (te sorprenderá el sabor), con cáscara de naranja o mandarina y cardamomo... hay un montón de opciones.
→ La galleta no es imprescindible, pero a mí me parece el complemento perfecto. Si quieres que la galleta esté blandita, colócala en cuanto las natillas templen. Si prefieres que esté crujiente, ponla sobre las natillas justo antes de servir.
→ Con las claras que sobran puedes preparar un montón de recetas. Si te apetecen dulces, te propongo: macarons, pastel Pavlova, tartaletas de limón y merengue... ¿Prefieres saladas? Haz crêpes o wraps de espinacas, una muselina (una salsa tipo mayonesa muy ligera) o una sencilla tortilla francesa poniendo un huevo entero y 2-3 claras por persona.
Esta receta de natillas caseras al estilo tradicional está hecha en colaboración con Puleva, cuya leche eco venía en mi última Disfrutabox, la caja con productos de alimentación, hogar y belleza, que llega a casa cada mes. Si quieres probarla, puedes pedir la primera con descuento, introduciendo el código REBECACOCINA.
10 comentarios
Muy bien exoplicado el paso a paso. Muchas gracias! me la apunto para hacer!
ResponderEliminarotra cosita que probar durante el confinamiento.. ¡gracias!
ResponderEliminarGracias por tan deliciosa receta.
ResponderEliminarSencilla y deliciosa. Un postre de toda la vida que siempre apetece.
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