El 31 de mayo se celebra el Día de Castilla-La Mancha y a mí me gusta conmemorarlo publicando recetas tradicionales de mi tierra. En esta ocasión he elegido las gachas manchegas, un plato propio de pastores y gentes del campo, que reponían fuerzas compartiendo perol y usando el pan a modo de cubiertos, con la consigna 'cucharada y paso atrás'.

La receta de gachas consiste en una crema densa que se elabora con harina de almortas, un cereal leguminoso también conocido como chícharo, guija, pito o tito. Se sirve con trozos de chorizo y panceta de cerdo, que aportan su grasa y que, junto a los ajos y el pimentón, dan todo el sabor a este plato.

La elaboración es similar a una bechamel, la harina se deshace sobre una base de grasa y, después se le añade un líquido, agua en este caso, y se deja cocer. Por último, se acompaña de 'tropezones', trozos de chorizo y panceta que dan más contundencia aún a este plato. Si nunca lo has probado, te parecerá extraño e, incluso, poco apetecible; pero conozco a pocas personas que, después de probar unas buenas gachas manchegas digan que no les han gustado.

Coge un buen trozo de pan de pueblo, pringa directamente de la sartén y disfruta. ¿Te animas a probar esta receta de gachas manchegas?

Las almendras garrapiñadas son uno de los dulces clásicos más típicos de las ferias, fiestas y romerías de nuestros pueblos. En el mío, siempre hay puestos ambulantes donde se venden junto a manzanas de caramelo, algodón dulce o trozos de coco. Con el paso de los años, cada vez se encuentra más variedad e innovación y, actualmente, además de almendras garrapiñadas, podemos encontrar en los puestos pipas, sésamo y otros frutos secos y semillas también garrapiñados.

Este dulce sencillo, que solo consiste en frutos secos caramelizados, tiene historia. Hay constancia de que, ya en el siglo XVI, se preparaban en algunos conventos y por maestros confiteros. Las más famosas son las de Alcalá de Henares y las de Briviesca (Burgos).

Si las quieres cocinar, elige una buena almendra cruda y siempre con piel. Preparar la receta de almendras garrapiñadas caseras no nos llevará más de 30 minutos, pero durante esa media hora no podremos quitarles ojo. Ten en cuenta que, si el azúcar se quema, algo que ocurre en apenas unos segundos, las almendras garrapiñadas amargarán y no podremos comerlas.

Te invito a mi particular puesto de feria para que pruebes esta receta de almendras garrapiñadas.

La ensalada caprese es un plato típicamente italiano que combina tomate, queso mozzarella y hojas de albahaca. Estos tres ingredientes se mezclan en esta ocasión con pasta integral y unos pistachos y el resultado es delicioso: una receta de pasta ligera y saludable, que no necesita salsa por la humedad de los tomates y el aceite de oliva.

La ventaja de la pasta integral es que tiene un alto contenido en fibra, pues se hace con el grano de cereal completo. También es más saciante que la blanca, que está hecha solo con cereales refinados. Si además la acompañamos de verduras y hortalizas, frutos secos y aceite de oliva, como en este caso, logramos una receta de pasta saludable.

Importante: no te pases de tiempo al cocer la pasta. El paquete suele indicar los minutos de cocción recomendados. Si te pasas tendrá una textura muy blanda, estará pastosa al masticar y, además, engordará más. Sí, como lo lees. La pasta al dente requiere más tiempo para que el cuerpo la digiera, lo que se convierte en más trabajo, más calorías quemadas y una sensación de saciedad que dura más tiempo. Si además es integral, aún mejor.

¿Te animas a probar esta receta de espaguetis caprese con pistachos?

Ni seco, ni caldoso. Mi favorito es el arroz meloso, el que está suave, untuoso y aún le rodea un poquito de caldo muy cremoso. Es similar en resultado al risotto, aunque en este caso no lleva ninguna grasa que ayude a lograr la textura final. Si además está tan bien acompañado como este, con marisco fresco, el éxito está garantizado. Eso sí, conviene ser preciso con los tiempos de cocción. Yo lo tengo unos 18-20 minutos cociendo a fuego medio-bajo (consulta las recomendaciones del paquete, por si acaso) y luego lo dejo reposar unos 5-10 minutos.

Aunque se puede cocinar el una cacerola amplia, usar una paellera también ayuda a lograr el punto exacto en las recetas de arroz meloso, porque lo vamos viendo y porque al estar extendido se hace de manera uniforme. A mí me gusta sofreír el arroz antes de añadir el caldo, me parece que queda con mejor textura y más sabor. Lo hago incluso cuando preparo arroz cocido.

Para cocinar arroz meloso con marisco es fundamental preparar un buen fumet y calcular una parte de arroz y tres de caldo. Aunque lleva un caldo de pescado y marisco, aprovecha para sofreír las cabezas y pinzas de las cigalas y abrir las almejas, una vez limpias, en la propia paellera, para que todos los jugos impregnen el plato potenciando el sabor a mar.

¿Te animas a probar esta receta de arroz meloso de cigalas y almejas?