El capricho de cerdo es una pieza de carne pequeña, de unos 50 gramos de peso, situada en los pómulos del animal, junto a la carrillada o carrillera. He tenido la oportunidad de probarlo gracias a la empresa Eresma, que comercializa carne fresca y curada de gran calidad. Es un corte muy, muy jugoso, ya que tiene gran infiltración de grasa; y es fibroso, por eso su cocinado requiere cocciones prolongadas a temperaturas medias o bajas. Lo más habitual es cocinarlo estofado al vino, como la carrillada, pero si picamos la carne y la aderezamos, podemos preparar una receta de hamburguesa espectacular.

Lo más importante es aderezar la carne en dos pasos: primero, con especias para que coja sabor; y luego con huevo, leche y pan rallado para aglutinar y que la carne de hamburguesa quede tierna y jugosa. Estos tres ingredientes se pueden sustituir: el huevo, por un poco más de leche y de pan rallado o por harina de garbanzo con agua; la leche, por bebida vegetal; el pan, por harina de avena o cualquier otra sin gluten.

Con las hamburguesas caseras ya listas, hay que elegir su acompañamiento: un buen pan, alguna hortaliza que dé frescura, tu salsa favorita y queso. Hay quien añade bacon tostado e, incluso, un huevo frito. Hazla a tu gusto, aunque a lo que nadie renuncia es a unas patatas fritas para acompañar. Si te apetece, puedes cambiarlas por patatas gajo.

¿Te animas a probar esta receta de hamburguesa de capricho ibérico?

El salmorejo es una sopa fría, densa y cremosa, que se prepara a base de tomate, pan y aceite de oliva. Típico de Córdoba, a mí me encanta, pero llevaba tiempo buscando una alternativa más ligera y refrescante y, por fin, he dado con ella. La clave: sustituir el pan por manzana y añadir un poquitín de vinagre de manzana, lo justo para darle un toque diferente.

Tranquila que nadie sabrá que lleva manzana entre los ingredientes, de hecho, ese es el motivo por el que no le he llamado salmorejo de manzana. Esta es una receta de salmorejo ligero, sin más, con el sabor predominante del tomate como en la versión original. Eso sí, al no llevar pan está libre de gluten y es apto para celiacos.

Para el acompañamiento de este salmorejo ligero puedes mantener los ingredientes clásicos: huevo cocido, atún en conserva y/o jamón. Conseguirás un primer plato para la comida o un plato único a la hora de la cena. Además, puedes hacerlo con antelación y tenerlo en la nevera para el momento en que te haga falta.

¿Te animas a probar esta receta de salmorejo ligero y sin gluten?