Cuando era pequeña e iba al pueblo de mi padre, siempre merendaba unas tortas de azúcar y manteca muy tiernas que me encantaban. Es uno de los sabores que más recuerdo de mi infancia. Hacía años que no las había vuelto a probar, hasta que decidí hacerlas en casa. No son exactamente iguales, pero se parecen lo suficiente para transportarme a los años '80.
Si hay un ingrediente característico de este dulce tradicional es la manteca de cerdo, una grasa muy usada en la cocina tradicional de los pueblos después de hacer matanza, por aquello de que del cerdo se aprovechaba todo. De hecho, estas tortas de manteca permiten gastar la que sobra después de hacer en Navidad turrón de chocolate, hojaldrinas o polvorones.
Al parecer, las tortas de manteca son muy habituales en la cocina tradicional manchega y su característica textura hojaldrada hace que lo ideal sea tomarlas templadas. Por eso, las que no te comas recién hechas, puedes ponerlas en un tostador plano o calentarlas en la sartén para que se ablanden por dentro y el azúcar que las cubre empiece a derretirse.
¿Te animas a probar esta receta de tortas de manteca?