La salsa bechamel es un básico de la cocina, pero su elaboración y su alto contenido calórico, hace que muchas personas no la usen de manera habitual. Esta bechamel de calabacín es la solución ideal: una versión fácil, sin apenas grasa, sin harina, pero cremosa, de sabor suave y con el toque a nuez moscada.
La receta de salsa bechamel de calabacín se puede usar para un montón de platos como si fuera una bechamel tradicional, pero, ojo, no sirve para hacer croquetas. Te servirá para cocinar lasaña, canelones, pasta gratinada, verduras gratinadas, pero también como salsa para acompañar filetes de pollo a la plancha o pescado blanco a la plancha o al horno. También para cubrir huevos cocidos, para untar en tostas o sándwiches, incluso en la versión de quesadilla croque monsieur.